Cliqué aquí para obra completa "EN POS DE LO SUPREMO"

(Conozca Oswald Chambers (1874-1917). Cliqué aquí)

Junio 26
Siempre ahora

"Os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios", 2 Corintios 6:1

La gracia que tenías ayer no te servirá para hoy. La gracia es el favor sobreabundante de Dios y siempre puedes contar con que está disponible para que la uses según tu necesidad. En mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias. En estas situaciones nuestra fe se somete a prueba (ver 2 Corintios 6:4). ¿Te falta la gracia de Dios ahora? ¿Te estás diciendo: "Oh, bueno, no la tendré en cuenta esta vez"? No se trata de orar pidiéndole a Él que te ayude, sino de recibir su gracia ahora. Somos propensos a hacer de la oración la preparación para nuestro servicio; sin embargo, nunca vemos esto en la Biblia. La oración es el ejercicio de recurrir a la gracia de Dios. No digas: "Soportaré esta situación hasta que pueda retirarme a orar". Ora ya; acógete a la gracia Divina en tus momentos de necesidad. La oración es el acto más normal y práctico y no simplemente una acción que refleja tu devoción a Dios. Al mismo tiempo, la oración es lo último en lo que aprendemos a valernos de la gracia. "En azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos...", 2 Corintios 6:5. En todas estas circunstancias echa mano de su gracia, la cual te convierte en una maravilla de Dios, ante ti y ante los demás. Recurre a su gracia ahora y no dentro de un momento. La palabra principal en el vocabulario espiritual es ahora. Dondequiera que las circunstancias te lleven y en cualquier condición que te encuentres, continúa acudiendo a la gracia de Dios. Una de las mayores pruebas de que estás valiéndote de su gracia es que puedes ser totalmente humillado delante de otras personas sólo mostrando su gracia y nada más.

"No teniendo nada...", 2 Corintios 6:10. Nunca te reserves nada. Vierte todo de ti dando lo mejor que tienes y sé pobre siempre. Nunca seas diplomático y cauteloso con el tesoro que Dios te ha dado. Esta es una pobreza victoriosa.

José Mateus
zemateus@msn.com