CUANDO BUSCAMOS DE TODO EL CORAZÓN

 

"Me buscaréis y me hallaréis,  porque me buscaréis de todo vuestro corazón", Jer.29:13

 

Es así, Dios no está midiendo las cosas por el medio, ni está para permitir o hacer ajustes de cuentas con cualquier ser humano: cualquiera Lo puede hallar en sus condiciones. ¿Usted es creyente? ¡Qué bien, aún puede hallar a Dios, pues no se engañe! Sólo él que cree Lo puede hallar.

La parte esencial de todas las oraciones, nunca es el buscar pero sí el hallar. Quién no halla, o no oró y si oró dio en el mismo: mejor le sería nunca haber perdido su tiempo. Oración que no halla es señal de malestar o desaprobación de la parte de Dios, o sobre la oración en sí o sobre la vida de quien ora en general; y cualquier creyente debe estar cabalmente habilitado a leer las señales de los tiempos: oración sin respuesta pide de nosotros algo más que la propia respuesta en sí. El sol sin cualquier calor, el agua sin humedad, el hombre sin amor, un ojo de un ciego, o una oración sin respuesta, nada de diferente tienen entre ellos. Respuesta no puede servir de señal, pero nunca deja de ser señal. La respuesta es el corazón de la oración. Creyente que ora cuando Dios se calla, continuando así más un día, es como niño que juguetea con su carrito pensando que es gente grande en un rally. Pero continuarse así toda su vida de creyente, algo de errado pasa en tal persona – ¡algo muy errado! Hay que llegar el día cuando se para con eso.

¿Ya habló con alguien al teléfono? ¿Qué hallaría si estuviera hablando solito? ¿Y que hallaría si hubiera respuesta y correspondencia adecuada, por ejemplo, un “sí” y tal cosa nunca se confirmara en la práctica después? ¿Dormiría aún con paz, sabiendo que puede estar siendo engañado aún en tiempo de revertir todo a su favor? Hoy aún, ¿así que oír Su voz, su señal de malestar? ¿O preferiría el hogar de los necios donde se diría “Dios ha de hacer, Él ha de bendecirme”, cuando Él quiere mostrarle precisamente el opuesto de aquello que usted piensa por la ausencia de respuesta? Yo podría imaginar, hasta podría afirmar que, aún obteniendo respuesta, no sirve de señal clara que Dios está con nosotros y de bien con quién ora – ¡imagine entonces como está Dios con quien nunca obtiene respuesta! ¡Caín hablaba con Dios y obtenía respuesta! Los demonios pidieron a Jesús para entrar en los dos mil cerdos y Jesús les concedió su pedido. ¿Será que hay personas dentro de nuestras iglesias peores que Caín a los ojos de Dios? ¿Si Dios oye a los demonios en pedido (a veces), porque se rechaza a oír a los creyentes?

Debería ser la cosa más simple, más natural de todas las costumbres humanas, ser oído por Dios. Nada de eso debería ser extraño al ser humano. ¡Pero lo es! Vamos a ver este versículo de buscar a Dios de todo nuestro corazón: que significa él para nosotros, pues sólo así Lo hallaremos de forma real.

En primer lugar, Dios se concentra en la palabra “Me hallaréis” y pasa todo el énfasis para, “de todo el corazón”. Sabe que Dios dice así: “He ahí que Mi galardón está conmigo”. Esta palabra, “Me hallaréis”, debería merecer mucho más atención de todos nosotros – ni aunque sea sólo por un momento. Dios no dice para que busquemos las cosas que Él da y distribuye, pero sí a Él solamente. Así hallaremos todas las cosas en Él y no todas las cosas de Él. Si Lo halláramos, su galardón viene con Él. ¿Quiere pan? Olvide que anda con hambre y búsquelo a Él y no pan; ¿anda con sede? Él dice “Ven a Mí” y no a las aguas que Yo doy; ¿entiende este discurso? “¿Por qué no comprendéis mi lenguaje? Es porque no podéis oír mi palabra”, Juan 8:43. Jesús, Dios afirma “Me hallaréis”. ¿Es a Él que busca? ¿O es la sanidad que Él promete? ¿O la felicidad? ¿Y, si lo busca a Él, porque razón espera recibir o hallar otra cosa?

Dios nunca engañó a nadie: si no hallar a Él, personalmente, individualmente junto con su pedido, si su pedido haya sido atendido, ¡es claro que se precipitará en el mar también, como los cerdos en los cuáles los demonios entraron! ¿O cree que sólo a los cerdos puede acontecer tal cosa y a su pedido no? Dios dijo a Abraham: “No temas, Abraham; Yo soy tu escudo, tu único galardón”, Gen.15:1. Si Dios atiende su pedido y Que Él no esté incluido personalmente en la respuesta de la oración que hizo, inmediatamente, si Él no es su único galardón también, su pedido es cosa que para nada sirve sino para ser pisado por los hombres – como sal sin sabor será.

 “De todo el corazón”: podría escribir un libro entero sobre esto. Pero no voy, porque espero que usted se irá a colocar de rodillas para multiplicar este pan con aquella confianza de quien lo hará porque esta es una voluntad de Dios. Si está orando, si está suplicando preocupado, ¿cómo puede estar su corazón TODO envuelto en la búsqueda de Dios? Cuando Dios habla “de todo corazón”, quiere decir el opuesto de estarse dividido entre dos, tres o dos mil pensamientos y ocupaciones (reales o no, imaginarias o no). ¿Si su hijo está a la muerte, si su pedido es urgente, será que va a buscar a Dios por Él? ¿O su corazón está dividido entre Dios y su hijo cuando lo busca?

Hay que buscar a Dios, pero de todo corazón. El mismo Dios que dijo “No adulterarás”, también dijo con la misma fuerza de todas sus palabras que, “No busquéis, pues, lo que habéis de comer, o lo que habéis de beber y no andéis preocupados. Porque a todas estas cosas los pueblos del mundo buscan; pero vuestro Padre sabe que necesitáis de ellas”, Lucas 12:29-30.

¿Entonces? ¿En qué quedamos? ¿Buscamos a Dios? ¿Hallamos a Dios? ¿Va a querer, desear sólo el galardón de Quien amó todo el mundo de tal manera que se entregó por él? ¿O Él será su único galardón también, el único motivo por que busca? Si no es, su corazón estará dividido. Y sólo Lo hallará si a El busca de todo corazón. Amén.

 

José Mateus
zemateus@msn.com