¿CUÁNDO Y CÓMO ES QUE DOS O TRES CONCUERDAN CUANDO ORAN?
“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”, Mat 18:19-20
La gente vive cada uno con su cosa. Por lo tanto, Dios dice que “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”, Isa 53:6. Luego, hay dos cosas extrañas que suceden cuando camina la gente cada uno en su propio mundo: o se oponen cuando ellos divergen o si intentan entender y aceptar, entrando en consenso y en acuerdo, para desear tener o conseguir algo común y en conjunto.
Un hombre es capaz de convenir con una enemiga desde que eso obtenga hacerlo dormir con ella – por ellos mismos, los hombres y las mujeres de este mundo son capaces de hacer cualquier sacrificio! Pero, para Dios difícilmente harán lo mismo, a menos que se den cuenta de forma real que su eternidad esté en juego.
Pero nunca será esta convergencia, este estar de acuerdo, que Dios habla aquí. Él dice que estarán de acuerdo porque “donde se hallan dos o tres reunidos en Mi nombre, ahí estoy Yo en medio de ellos” – es porque Dios está en medio de ellos que este parecer de cosas les es común y nunca porque entre ellos se despertaron y decidieron estar de acuerdo.
¡En la oración nunca existen compromisos entre creyentes, pero Alguien en común, Él cual coloca el mismo sentir en todos ellos acerca de una cosa que hasta entonces hasta podrían estar en divergencia! Buscamos estar de acuerdo, no decidiendo estar de acuerdo, pero buscando la misma voluntad de Alguien que está allá presente también y que coloca en todos un mismo parecer, un mismo sentimiento, de forma real y líquida en todos los corazones – ¡“un mismo parecer”!
Es pecado cuando las personas intentan y se esfuerzan en concordar sobre un mismo asunto – sería la última cosa en buscar, de verdad, si estuvieran serios en la búsqueda del rostro de Dios! Discordando, nunca se debe buscar ser consensual, pero buscar el mismo Espíritu, la misma Persona, la voluntad de Él en forma líquida y realmente presente y estar de acuerdo sobre esa voluntad.
Así, no se busca la voluntad de Dios intentando estar de acuerdo sobre aquello que Dios probablemente nunca concordaría – es decir, los creyentes que concuerden sin ser por Dios en persona siempre presente. No debemos buscar ser iguales, pero que sí nos limpiáramos de verdad, buscar el mismo Dios de la misma manera real, con la mismísima honestidad y que hallemos de verdad a quien vive para siempre – y que Dios sea uno en todos, de igual modo; y que deje de contar la voluntad mía o de los que oran conmigo. Que haya discordia entre espíritus en caso se ore y Dios aún no se haya manifestado sobre el asunto. Si este fuera el caso, debe ser señal que los creyentes tienen que orar aún y no cesar y que no deben concordar sobre un asunto para que así se vieran libres de él. Hay que buscar a Dios y hallarlo – sólo así podremos decir unos a los otros: “Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion”, Is.52:2. Nunca intentemos concordar cuando Dios no estuviera de acuerdo. Eso será visto como una forma de orar y cesar, cuando la Biblia nos dice “orad sin cesar”, sin arreglar disculpas para desistir antes de Dios pronunciarse sobre ese mismo asunto. Amén.
José Mateus
zemateus@msn.com