“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar”, Luc.18:1 

 

“Si fueres flojo en el día del trabajo, Tu fuerza será reducida”, Prov.24:10

 

“Orad sin cesar”, 1Tes. 5:17

 ORAR sin cesar

RESUMEN:

  1. Quién desiste es flojo

  2. Quién desiste es chantagista

  3. Quién chantagea busca su propio interés y no tiene como hallar, pues sus motivos están errados Prov. 18:1 Aquel que vive aislado recoge su propio antojo; levantase contra la verdadera sabiduría.

  4. De ahí que quien desiste resiste. Pues, “el camino de los transgresores es duro” Prov. 13:15

  5. La persistencia puede ser una forma de presionar a Dios a aquello que Él nunca se someterá.

 

Orar sin cesar - ¿qué es esto?

 

La palabra sin cesar debe ser bien entendida. Ella quiere decir “sin desistir”, sin parar al medio, sin morir en la playa después de nadar tanto en la parte más peligrosa de nuestro recorrido de las aguas profundas de la oración. Orar sin cesar no puede significar orar repetitivamente, pues eso contradice el resto de las Escrituras. "Orar siempre", sí, pero por encima de todo "nunca desfallecer". Y orar siempre no es repetirse – es no repetirse sobre cosas respondidas y después continuar orando por otras cosas que también son la voluntad de Dios; pero, hasta allá, no desistir sin respuesta, sea sí o no, es orar sin cesar. (Jesus dice que quién se repite es hipócrita).

Ahora veamos porque afirma Él eso, pues a los ojos de los creyentes, ¡los hipócritas son siempre tenidos como "héroes de la oración"! Creen que orar sin cesar es ser como los gentiles e hipócritas que creen que serán oídos por lo mucho que hablan y por que hablan sobre las mismas cosas muchas veces en sus reuniones de oración, es decir, en las reuniónes de su tipo de oraciones. Por eso compiten para poder orar, tropezando unos con otros en vez de inspirarse unos en los otros. Todos quieren inspirar en vez de que sean inspirados y creen que repetir y llorar repitiendo es que se inspira y exhorta. ¡Tolos, no saben lo que hacen! Crucifican continuadamente a un Cristo Vivo que tal vez hasta ya haya respondido a algunos de sus muchos pedidos, una y otra vez o mientras continúan hablando sobre su asunto que es motivado y colocado en la incredulidad.

¡Esa es la confianza que tienen en Dios, esa es la capacidad de oír la voz de Dios en respuesta!) Orar cuando ya se fue oído, es pecado grosero y tiene la capacidad de anular la respuesta. Parar sin respuesta, por presunción de fe falsamente asumida o por negligencia también es pecado.

Orar sin cesar quiere decir orar sin nunca desistir, ni enmedio, ni en el inicio cuando todo es más extraño y difícil, ni en el final cuando nos parece que nos van a faltar las fuerzas y el ánimo.

1.                   ¿Porque desisten entonces las personas de una cosa en la oración, muchas veces hasta de orar por cualquiera otra cosa importante y simple?

2.                  ¿Cuáles son los motivos que llevan a Dios a tardar con muchas respuestas, de tal forma que muchos creyentes sucumben en la espera?

3.                  Y ¿porque razón, con otros, que no saben lo que es esperar, pues tan rápida es la respuesta de parte de Dios?

4.                 ¿Porque dice Dios que sólo aquellos que esperan volarán como águilas, planeando en el aire sin nada abajo, para que nada los pueda cansar?

No vamos a hablar aquí abiertamente de aquellos que desisten por incredulidad porque ya no ven mas que un simple palmo al frente de aquello que piensan e imaginan. Tampoco vamos a hablar de los negligentes vagabundos de sus propios pensamientos y preocupaciones y roces -  tales espinas que siempre hacen cualquier palabra de Dios eternamente infructífera. ¡Tampoco vamos a hablar directamente de aquellos que se ocupan tanto con las cosas de Dios sin Dios, pues ya se desviaron o entonces aprenden con los desviados, aún, no estando en sus horizontes más próximos al arrepentimiento porque tienen allá amigos y familiares en el mismo barco del engaño! ¡Vamos a hablar de aquellos que son como mínimo responsables y que luchan con Dios de la manera correcta, solos o acompañados sin que se den cuenta de que están solos o acompañados cuando están, desde que estén en Dios con Dios tanto les hace que alguien los acompañe o no, pero que sin embargo desisten antes de la bendición por incoherencia, por asistencia y ayuda diabólica en la oración, o influencias seductoras que llevan a cualquier forma de renuncia! ¡Cualquier santo sabe que si el diablo ya no puede impedir, él aún puede ayudar a hacer aquello que el creyente hace, o no sería él el principal ángel de la luz en las tinieblas!

Para haber una renuncia tendrá necesariamente que haber una lucha: alguien lucha con Alguien. Quién no lucha, nunca correrá el riesgo de desistir y no correrá el riesgo de ser bendecido por ser responsable y fiel en todo. Quien lucha con o contra Dios, si no lucha corre aquel riesgo peligroso de ser fingido y enmascarado de sumisión, pareciendo sumiso, pero siendo altivo como Pablo dice en Col.2:23, "(…) tienen, a la verdad, cierta reputación de sabiduría  en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo, pero no tienen valor (…)". Más, quien no lucha sólo porque quiere parecer sumiso, es precisamente uno de aquellos que desistirá de que el camino se venga a entrar en la lucha, pues no se somete a Dios - por esa razón nunca lucha.

¡Quien lucha hasta al fin, es quien sabe someterse a Dios, para siempre, pues quién lo hace una vez o más tiene por descontado como hacerlo constante y permanentemente! Quién no lucha es altivo y quiere parece que no lo es, por eso desiste antes aún de comenzar, con la pretensión hipócrita de ser sumiso por no estar  "oponiéndose" a Dios. Pero además de tener la idea errada de sumisión, tiene el conocimiento errado sobre lo que es la oración en su esencia más fiel.

Quien desiste de una Buena lucha, pierde la oportunidad única de someterse totalmente, un día, a la voluntad y al modo del ser increíble que es Dios. Cada oración es un pequeño paso en esa influencia sutil y sabia concedida e hilvanada por Él, para que tengamos porque nos sometemos voluntariamente, en esa invitación enmascarada y pura a la sumisión real y realista y al completo destierro de todo aquello que puede ser rebelde y ultrajante en nosotros contra Él.

Quien lucha, como Jacob, Gen.32:24-30, acaba prevaleciendo siempre, porque acaba por someterse también a las otras cosas o sólo a esa que de Dios pide con aquel fervor de quien cree que Dios es fiel y galardonador de quien lo busca, de todo el corazón, es decir, se somete ¡Quién no se somete, pero también nunca condena a quién a Él viene pareciendo insubmisso siendo sumiso, insubmisso pero con la finalidad de ver poder sometererse sin cualquier fingimiento y que sea de la forma que sea: antes salva y transforma para que tal ser no sólo reciba aquello que pide Dios, pero pueda también venir a heredar la promesa de la respuesta junto con la respuesta, aquello que de Dios pedía sin cesar junto con aquello que no quería pero que Dios pide, es decir, sin nunca y en momento algún pensar siquiera en desistir sólo porque Dios no tiene cara de quien cederá  alguna cosa!

¡Quién lucha con Dios acaba recibiendo todo aquello que pidió como aquello que no pidió! Quién nunca finge la insubordinación delante de Dios y la asume como tal ante y mediante Él, nunca fingirá la sumisión cuando Dios haya terminado Su obra en tal persona y ser. Toda persona que es lo que es delante de Dios, persistirá en ser lo que es cuando Dios lo haya transformado también, esto bajo cooperación y conveniencia.

Como Dios nunca cede, los humanos lo tienen cómo tiene a cualquier ser humano que tiene motivos de sobra para ser egoísta. Pero Él no es egoísta, pero usa sí aquel tiempo de lucha para quebrar a quién es obstinado, para así, después de quebrar y someter al pecador mendigo a Su voluntad libertadora, poder dar aquello que se le pide o pedía juntamente con lo que nunca pediría por desconocimiento vagabundo, pues la ignorancia es pecado y consecuencia de pecado y liviandad promiscua que atrae a quien cede a ella. Dios usa el pedido para transfigurar al mendigo y también para atender al pedido, pues, pidiendo se aproxima a un Dios transformador.

Que nunca se piense, sin embargo, que el pedido es el objeto primordial y principal de la oración, pues no es así - ni aún cuando la persona lo tiene como tal y Dios atiende aún así mismo. Existe un proceso paralelo al que Dios entrega mientras el pecador se entrega a otro pedido de Dios, que es la santificación de quien pide. Dios usa cualquier tiempo de oración para extinguir cualquier forma de egoísmo y de motivos que no Lo glorifican, aún cuando tales motivos no tengan nada que ver con el motivo de aquella oración persistente; el mendigo usa el tiempo de oración para alcanzar todo de Dios, pero todo, aquello que pide. Si desiste de una pequeña cosa, es un desistente. Que persista hasta al fin y no desista, pues puede y tiene cómo salvarse de cualquier forma de egoísmo que aún reste en el subconsciente del pecador, en las tinieblas de aquello que aún ignora, ostensivamente o aún no. El mendigo sólo tiene permiso de desistir inmediatamente, lo más rápido posible de cualquier forma de egoísmo, enmascarado o abierto.

Ana quería un hijo porque era vituperada y ultrajada por ser estéril y, además de eso, deseaba ser madre. Humanamente hablando nada de errado existiría en tal antojo. Pero, en la verdad, estaba saturado de demasiados egoísmos para alguien que iba a sacrificar en el templo de Dios. Ella, viendo que alcanzaría su pedido de Dios, cambió su corazón, sus motivos, resolviendo entregar a tal hijo a Dios aún antes de haber sido hecha fértil. Ella cambió su corazón y no su pedido. El Evangelio consiste en el cambio de corazón, para que hagamos por Dios aquello que haríamos por nosotros. "Ojo por ojo y diente por diente" es la ley de Dios en este aspecto también.

¿Porqué usa Dios esta estrategia para conseguir aquello que pretende? Y, lo que Él quiere es siempre lo principal. Sólo porque todo y cualquier pecador no quiere ser santificado, a menos que sea eso lo que él más quiere y desea. Pero, la santificación es el único antojo del justo. Quién no desiste, es justo por esa razón aún.

Quien desiste es ímpio y ya no tendrá paz de allí en delante. "Pero los ímpios son como el mar en tempestad; que no puede estarse quieto y sus aguas arrojan cieno  y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los ímpios", Isaías 57:20,21.

Quien desiste, ofende a Dios o pierde la bendición que no ve y no pedía. Dios sólo retiene porque necesita retener temporalmente o no. El pecaminoso que transgrede la Ley, obliga a Dios a hacer aquello que no quiere hacer. Quien desiste, rechaza arreglarse con Dios en lo principal (¡en aquello que no quiere pedir y que Dios necesita dar juntamente con cualquier respuesta, para bien de quien pide!) y pasa entonces a creer que Dios no lo ama, no lo quiere o que no existe siquiera para el querer. Todo comienza, entonces, por transformarse en una lamúria en forma de chantaje apelando al amor de Dios para ceder a los egoísmos de la persona. Ya vi creyentes que llegan al punto de amenazar con volver hacia el mundo porque Dios les quita algo o no les permite - aún - su pedido.

Desistir es conveniente para el pecador, pues es tan sólo una forma de huir con su nalga a las jeringas de Dios para continuar y mantenerse en cualquier pecado que ama, pero que también tiene como impedir la respuesta a aquella oración, queriendo así servir de abominación vengativa en la faz de quien odia el pecado, pecado ese que Dios ve y examina con amor en aquel tiempo de oración.

El silencio de Dios es, por sí sólo, una respuesta clara de Quien tiene por naturaleza responder siempre bien y oportunamente. Dios oye al justo y no el pedido; y Dios oye la injusticia clamar por una transformación por encima del pedido que se hace mediante palabras de necesidad que se oyen. Repito, ese pecado que Dios extermina durante aquel tiempo de espera en oración que se quiere viva, no siempre estará relacionado con el pedido en cuestión, pues leemos, por ejemplo, en 1 Pedro 3:7, "Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer, como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo "; también, "honra a tu padre y tu madre para que te vaya bien en la tierra".

Aquella persistencia de cualquier pecador en alcanzar algo de Dios, vuelca terquedad cuando tal ser no desiste de su pecado y quiere a cualquier costo que Dios aún así le conceda las cosas, pasando por encima de aquellas cosas que están dentro de la voluntad de Él para la persona en cuestión: "pues la voluntad de de Dios es vuestra santificación", 1Tesalonicenses 4:3; pero rechazando limpiar el área de su vida que hace a Dios dar vuelta la cara a cualquier tipo de oración y pedido, el pecador no sólo, no alcanza todo lo que puede alcanzar de Dios para si mismo, sino que pierde todo aquello que hasta allí ganó por la fe, incluida su propia Vida en su interior.

Imagínese, entonces, el tamaño del error de quien no distingue una cosa de la otra por haberse entregado a errores doctrinarios, tales como los pecados que han  sido lavados cuando se bautizó, dejando de llevar en cuenta textos tan fundamentales en la oración, como "examínese el hombre" (¡cual hombre, sino aquel que toma ya la santa cena y que fue bautizado!) y también "Mirad, pues con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor", Efesios 5:15,17; y " si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados", 1 Corintios 11:31. "Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo", Efesios 5:13. ¿Usted ya manifestó todos sus pecados uno a uno individualmente a las personas y Dios? ¿Todo es realmente luz en sí y dentro de sí? Ahora vea otra vez, a ver si no se está engañado a sí mismo. "Y bienaventurado será el hombre que no se condena en aquello que aprueba".

¡No puede esperar que Dios responda a un pedido suyo cuando fuma, bebe, mira hacia la mujer del vecino con ojos que focam automáticamente como las lentes modernas harían para lugares específicos del cuerpo de alguien, o cuando habla mal de alguien amigo o enemigo - hay que someterse a la razón! Lo que cuenta es lo que Dios quiere, concuerde con Él o no. Si no acepta sus condiciones, sea entonces honesto y vaya a pedir a otro o consiga a través de sus medios. Cuando pierda su vida no podrá culpar a Dios de eso también.

¿Y será que Dios es justo al impedir la respuesta a cualquier oración por motivos que muchas veces ni se relacionan con la oración en cuestión? Claro que es Justo, continúa siéndolo, pues ¿de qué otra forma llegaría a un corazón egoísta y endurecido en la verdad y en la oración persistente para transformarlo? ¿Las esposas no conquistan a sus maridos a través de la manera como cocinan?

La oración de quien está en pecado, visible o no, o ablanda o endurece - nunca nadie permanece igual después de orar correctamente, pues, o se queda más duro o ablandado. ¡Nunca intente ver lo que está mal con la oración, a menos que haya mal de hecho, pero sí aquello que está mal con quien ora, consigo, pecador! ¡Es sólo usted quien impide su propia oración, no la oración en sí! ¡Quién desiste, será sólo porque no cede en el pedido silencioso que Dios hace sobre su pecado y usa esa renuncia como forma de chantaje para que sea Dios cediendo a un ímpio de ímpias intenciones, como que por pena del "pobre" pecador que se va a perder porque desistió! Nunca nos olvidemos que la oración no es un juego de novios, a menos que veamos las cosas del lado de Dios. ¡Y si Dios no quiere que este se pierda, que ceda en lo que Dios le pide callado en Su silencio!

Como Dios no cede, antes da vuelta la cara a quien desiste: "el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradara a mi alma", Hebreos 10:38; ¡Habrá mucha gente en el infierno aún haciendo chantaje a Quién ya ni los oye más - nunca más! ¡Quién desiste, se ama a sí mismo contra Dios y usa la propia alma como instrumento de chantaje contra Dios, en la faz de Él, para poder alcanzar aquello que le conviene y que conviene al pecado! "Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites, ¡oh almas adulteras! ¿ no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues que quisiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios", Santiago 4:3,4. "Amados hermanos míos, no erréis", 1:16. ¿de qué aprovehará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras?", 2:14. "La paciencia tenga su obra completa, para que seáis perfectos y cabales (perfeccionados), sin que os falte cosa alguna", 1:4.

La finalidad de todo aquello que Dios hace y pueda hacer en tiempo de oración, es que el pecador cambie y se transforme, sin embargo en un ser perfecto y limpio en todo y en todos los aspectos, mientras ora por otras cosas que se relacionen o no con El Cielo. Quien desiste de cualquier tipo de oración porque la respuesta tarda, desiste de eso también; quien desiste de eso, resiste al Espíritu Santo, desistiendo de Dios porque Dios no es escuchado de otra forma. Quien desiste de la oración está también desistiendo de Dios – y se constituye enemigo chantagista de Dios porque es amigo de la carne que lo coacciona a desistir para que se mantenga aún viviendo en pecado – esa carne que compite con Dios por la posesión y dominio y por los motivos del corazón en cuestión.

Desistir cuando se ora, es más que endurecimiento de corazón: es tan sólo chantajear a Dios a ceder al pecado. "Orad sin cesar" esconde mucha sabiduría por atrás, mucho más que la que podamos imaginar. Que me corrijan  si estuviera errado. El tamaño de su voluntad en desistir después de haber entrado en la Santa lucha de santificación, es la dimensión de amor-propio por encima de Dios y de los hombres a su vuelta. Usted no cumple la ley de Dios, por eso desiste, porque no está en sus horizontes conseguir hacerlo de libre voluntad, espontáneamente y sin cualquier esfuerzo. Su estado de espíritu no cumple todos los requisitos de la salvación que le viene siendo ofrecida.

Viví en una zona en África donde, siendo sus súbditos, el rey era complaciente y cariñoso para con quien lo consultara. Pero había una norma: que quién fuera allá a pedir algo (justicia, o algo diferente) y llegara por la mañana o en un momento en que el rey estuviera de salida y no lo pudiera atender en aquel instante, si el rey le dijera que espere allí hasta que vuelva y si sólo volviera el día siguiente, de tarde o de mañana, el tal súbdito no se atrevería a salir de allí porque, no sabiendo a que horas llegaría la majestad de la zona, podría no ser hallado en su puesto de espera - esto daría la pena de muerte a tal hombre porque estaría pensando mal del rey. El respeto que tenía por la majestad y de su bondad era demostrado de esa forma, esperando. Puede hasta hallar tal procedimiento malo e inhumano, pero es así que funciona.

Es también eso que leemos en Lucas 12:35-47: (Pues nuestro Rey también se "ausentó" y sabemos que vuelve porque es fiel)

“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.”

 (¡Como no sabe, deja minar y es eso lo que Dios quiere que nunca acontezca, pues cualquier ser santo tendrá que serlo por naturaleza y nunca por interés o por oportunismo, cediendo a impulsos y no a la verdad que se hace real también!).

“Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.”

¿Porqué desisten las personas, entonces? ¿Qué será lo que los lleva a llegar a tales extremos de chantajear al propio Creador del mundo que no tiene razón para no ser sólo Bueno? ¿Porqué se desiste sabiendo que Él dijo que, "mi yugo es fácil y ligera mi carga" ? ¿Cómo es que se desiste de algo que es fácil sin ser fingido y chantagista? Asumamos que, si su yugo es fácil (¡y Dios no miente!) ¡El pecador sólo desiste por razones que asume como válidas a las cuáles Dios nunca cede - lo que hace el pecado de tal hombre mayor aún, pues defiende el pecado delante de Dios! Si desistió, será tan solamente porque entró en ruta de colisión con Dios, que esté Ser y no pedido contra Respuesta. Entendemos, entonces porque se lee que "los murmuradores" no heredarán el reino de Dios, esa herencia que recibimos ya y ahora, mientras estamos en este tabernáculo terrenal.

El murmullo es irreverencia y rebeldía, es porfiar con Dios, lo que equivale al pecado de idolatría y feitiçaria, si leyéramos con atención las Escrituras, (1Sam 15:23: "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey"). ¡Quién murmura desistió, quien desiste no está propiamente a desistir - está resistiendo! ¡Está resistiendo usando hasta su último recurso, que es usar su propia vida (o la de otros hasta) como recurso de chantaje para convencer a Dios a ceder es cuando Él antes quiere que el pecador ceda a Él para salvación de si mismo y no para salvación de Dios!

Existe un pájaro común en África que llaman pájaro de miel. Esta pequeña ave se alimenta de miel, pero no tiene como llegar a él directamente, pues los pinchazos de quienes hace miel matarían la minúscula ave si fuera atrevida y presuntuosa a punto de enfrentar las abejas de cualquier colmena. Entonces le fue dado un don de verificar donde se encuentra la miel - una buena visión de lejos volando por alto - y el don de mostrar de una forma que le es muy peculiar donde hay miel a otros animales que se alimentan de él, incluyendo el hombre local, perdiendo hasta el miedo a causa del hambre, para así conseguir que le dejen un poco de los restos del manjar de quienes tiene como enfrentar a las abejas sin morir.

Cristo consiguió esa miel para nosotros, pues leemos que "pues mantequilla y miel comerá todo aquel que quede del resto en medio de la tierra" y también, "Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre", Apoc.10:10. La gran peculiaridad de este pequeño pájaro es la manera chata e incesante de atraer la atención de quien halla recogiendo miel: vuela por encima de él, le pica la cabeza y hace mucho barullo hasta que el animal (o el hombre) entienda que debe seguir al pájaro que sabe donde se encuentra la miel (vírgula) y que este debe tener algún mensaje para transmitirle a través de ese lenguaje diferente.

Así que el otro animal entiende el mensaje, este pájaro cambia su comportamiento y vira líder, mostrando donde se encuentra la miel posando de árbol en árbol para dar tiempo a que lo sigan, pues entiende que quién lo puede ayudar debe ser esperado. ¡Hay pájaros más sabios que personas que no esperan en Dios! Después de comer, quien allá fue llevado acaba por dejar siempre un resto en el suelo para el que lo guía se alimente, como las migajas que se caen de la mesa de quien tiene mucho pan y que sirven para alimentar a quién es humilde y pequeño aún.

Asistí una vez a un documental sobre una escena donde estaban envueltos un texugo y ese pájaro. De inicio, el texugo se sintió perturbado y molestado porque estaría tan ocupado y preocupado en la búsqueda de miel, que se metía en todo lo que era agujero, en el suelo y en los árboles, en búsqueda de ese precioso alimento y no quería de ninguna manera abandonar su preocupación por el atrevimiento de aquel pájaro. El pájaro, sin embargo, no le daba ningún descanso, buscando quitarlo de su preocupación y hambre, recogiendo aquello que la ave sabía donde había, pero que no conseguía recoger.

La intensidad de la perturbación fue tal que el texugo desistió de la auto- “búsqueda” de la miel y, después de unos pocos ataques infructíferos al pájaro persistente, algún instinto natural (pues Dios también lo dio para tener cómo dar de comer a quién no puede) hizo con que siguiera y diese oído al pajarito, en vez de resistirlo. ¡La búsqueda insistente y terca del texugo no permitía espacio para oír a un pajarito insignificante e insistente! Su hambre volcó en terquedad y se transformaría en muerte en caso que no cediera.

¿Qué es lo que lleva al hombre ignorante a luchar así, a resistir al pequeño pájaro de su propia conciencia? ¿Porque lucha de ese modo llegando al punto de desistir porque quiere comida a cualquier costo, sabiendo aunque Dios no cede a quien está errado de espíritu y obstinado en la búsqueda de alimento a punto de no desear más ser humilde para ser guiado? ¡Cuál es el motivo de esa lucha sin treguas para el pecador? ¿Que lo lleva a atentar contra la propia vida así, corriendo el riesgo de nunca hallar su miel, desistiendo porque es terco en vez del llevar a acceder a aquel lenguaje de Dios en forma de pajarito de conciencia?

¿Porqué no lee el hombre entrelíneas, si sabe que Dios responde siempre y Jesús dijo "que os daré TODO lo que pidiérais"? ¿Que engaño será éste que lleva al hombre a nunca creer en Dios, antes prefiriendo desistir para no dejar de ser terco y atestado, teniéndose como justo o aún más justo que el propio Dios por encima del cielo y de la tierra? ¿Porqué no cede el hombre a la razón cuando hay un pájaro dentro de su ser, en su conciencia, que insiste que le den atención aunque no se exprese en el mismo lenguaje, pero que aún así, comunica a  su manera una verdad que beneficia a ambos?

Analicemos este fenómeno que podría ser de vida y es de muerte para muchos de aquellos que luchan con Dios. Sabemos que hay quien haya luchado con Dios y prevalecido. También sabemos la que cederá Dios sólo y tan sólo. Entonces la lucha no debe ser evitada, pero sí la renuncia de ella será lo que debe ser evitado a cualquier costo - el desenlace final de esa lucha es que podrá y tendrá que ser orientado. Cuál fue la admiración de Jacob, que al no haber cedido en aquello que pedía de Dios y al ver que no murió, antes se salvó de todos sus temores! Exclamó y dijo: "Porque he visto Dios cara a cara y mi vida fue preservada!"

Entonces, entendamos que quien lucha con Dios es quien está obedeciendo y no quién es rebelde - quien desiste de la lucha es que es rebelde e incoherente hasta con él mismo! Será de esos que Dios nunca se puede venir a agradar, pues leemos que, "mi siervo, desistirse, Mi alma no se agradará de él". ¿Porqué tendrá que haber "una lucha" para que Dios oiga y, más importante aún, para que el pecador sea atendido? ¿Qué ocurre tan importante durante este tiempo de lucha para que Dios, de inicio, no parezca estar en la disposición de atender para pasar a atender después?

Voy a hacer una afirmación ahora que  a lo largo de todo este tramo va a transparecer: no es la oración del justo que Dios oye - ¡es al justo de la oración! Entonces, la oración nunca estará dependiendo de aquello que hablo o consigo decir delante de Dios, pero sí de aquello que soy, de mi actitud y principalmente de aquello que Cristo puede ser en mí por mí. Si así no fuera, como sería posible ocurrir lo que Isaías escribió "Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído” (Is.65:24). ¡Si dependiera de aquello que decimos, esto nunca sería posible, pues, Dios atiende antes que hablemos! Pero, no sólo es posible, como es la meta de la comunión con Dios a alcanzar. Dios oye el justo y no su oración. ¡Y podemos llegar al punto de ser listamente oídos! ¿No dijo Él a los amigos de Job "y mi siervo Job orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé"? No dijo "la oración de él, Yo aceptaré", pero sí "a él".

Si el pecador pretender ser fingido y creer que es santo cuando no lo es, o que no necesita serlo para ser oído, no luchará con Dios. Pero que sea honesto y que obtenga verdad dentro de sí mismo, siente el alejamiento - el abismo - entre él y Quien lo puede oír y, en ese tiempo de oración, siente como necesidad única poder transponer ese abismo para poder llegar bien pertinho de Quien parece que no oye y estar de bien con Él. Será en la mayoría de las veces por esa razón que nunca se debe desistir y no Darle descanso hasta que establezca y ponga nunca debe desistir hasta haber sido restablecido y establecido todo aquello que sea para gloria y honra.

No se propone que sea Dios a lo transpo-lo venido hacia su mundo de pecado, pero sí él entrar en el mundo de Dios en persona y no desistir de eso por nada de este mundo - allí ningún pecador tiene como mantenerse en pie, pues la Vida no lo permite. Quien desiste de Dios, pierde hasta el mundo a lo cual se agarró para no ir a Dios. Entonces, para poder llegar donde es oído él y no la oración, tendrá que haber habido una transformación en el pecador para que haya aliento y vida en él, después de transponer aquel abismo que separa al hombre de Dios, para tener que cómo se pudiera dirigir Dios aún en el terrano de Él. De ahí las palabras de Cristo, "Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, (después de escapar aún tengáis cómo)  y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.", Luc.21:36.

Sin querer repetir, afirmo que quién no entra en lucha o en colisión con Dios, o es fingido o se hizo igual a Dios. Existen dos polos de divergencia continua - Dios y pecador y alguien va a tener que cambiar para haber comprensión (¡pues, ser pecador en vez de constituir razón para no irse tener con Dios, debe ser la razón principal de hacerse eso mismo!) ¡Esa divergencia continua, Dios quiere transformar en convergencia eterna, que se mantenga eterna, pues, de otra forma será divergencia eterna!

Ahora Dios nunca cede, pero tiene poder para transformar a quien está pidiendo mientras pide y hacer a la persona deleitarse en su propia transformación, mientras que esté y que se mantenga pidiendo! Por norma, las personas sólo se deleitan en la transformación de los otros. Dios es como aquella madre que aprovecha para peinar a su hijo rebelde y de cabello maraña cuando este viene a llorar en su regazo, para cambiarle la apariencia mientras la madre finge que no lo oye. Mientras más tiempo la madre llevar para oír, más tiempo ella tiene para arreglar su cabello. Sólo el hecho de venir a llorar en el regazo ya manifiesta humillación y un quiebre directo con su rebeldía. Si, sin embargo, desistir de pedir y de colocarse en su regazo, pierde aquello que cuenta verdaderamente para la madre.

Pero quien lucha corre el riesgo que después de luchar, no tenga cómo quedarse en pie, "de permanecer, aún, delante del Hijo del Hombre" después de haber luchado y vencido, pudiendo no tener aún ganas de comenzar todo de nuevo, de continuar un nuevo día y por nuevos medios transformados y que necesitan ser alicerçados. Siempre que las personas pierden todo, se sienten desanimados, al punto de nunca más reanimarse para encetarem una nueva vida dentro de ellos. Quien se llega a someter prevalece y continúa - quien no se somete prevarica y se desvía siempre. Quien desiste de la vida a continuación, aún no se sometió a Dios, que es la Vida - la nueva Vida. Ya vi muchos que se desvían sólo porque dicen que Dios los abandonó, cuando son ellos mismos que no se someten porque Dios tarda en responder, siendo por su culpa que el Hijo del Hombre tarda en aparecer.

Las respuestas a  sus oraciones, muchas veces, dependen sólo y tan sólo de ellos, de aquellos que oran. Como no se someten a la voluntad de Dios, a su santificación y preferentemente se dedican a la santificación de los otros, al abrir mano de cualquier pecado, nunca veêm la alva y son abandonados a sí mismos para que se sequen como una rama fuera de la vid, como dice Isaías, "si ellos no hablaran según esta palabra, nunca les raiará la alva". Y sabemos que una rama fuera de la higuera no se marchita inmediatamente, así que si es desprendido, sólo días después y lo de la vid ya parece seco mientras está en el árbol, lo que es un puro engaño.

Cuando menos se espera,  de la vid brotan hojas y la higuera se seca y marchita. Mientras que esté verde, mientras se siente verde, gloriase en la mentira que es su verdura decadente. Y aquello que impide a Dios responder puede hasta, en muchos casos, no estar directamente relacionado con lo que piden. Creyente, entre sí y la tierra prometida puede aún estar el río Jordán, el mar rojo, un desierto desconocido y peligroso - pero ¿será eso razón bastante para desistir de algo que sabe ser la plena voluntad de Dios, para sí también, de la cual también irá, por cierto, usufructuar eternamente? ¿Que ambición será esa que sólo ambiciona aquello que no tiene como ser mantenida? ¿Ve como tiene que ser cambiado? ¡Y como! Olvide que es creyente y acuérdese que es pecador. ¡Quién sabe, tal vez así puede que halle cómo ser razonable y coherente para con Dios aún! Pero no desista de la lucha sólo porque es pecador, pues Dios vino para transformar y será sólo para eso que penetrará en toda su vida, por dentro y por fuera.

Ahora, Dios lucha con aquello que no forma parte del pedido del hombre, pero antes forma parte de todo hombre en sí. ¡El hombre lucha con Dios a causa del pedido - Dios lucha a causa del hombre en sí, para hacerlo justo, para justificarlo! Y ambos tendrán que respetarse en aquello que quieren y exigen uno del otro - es ese el acuerdo de principios que debe prevalecer. Dios prometió responder a todo aquello que se pidiera si se conseguía permanecer en Él y Él en nosotros. Si este "permanecer" es antes o después de orar, no es de nuestra cuenta, pues es para siempre: antes y después, aunque parezca que durante el tiempo durante el cual le pedimos no estamos de acuerdo.

Ahora, el objetivo de todas las oraciones será que Dios oiga apenas pedimos, es decir, que el ahora santo esté en un estado de conservación y de espíritu tal que ni llegue a ser necesario pedir siquiera, pues su corazón y estado de espíritu permiten que todos sus propios antojos ya sean oraciones efervescentes, acutilantes y poderosas aproximándose del Dios vivo, Sal.37:4, pide recibe inmediatamente una respuesta por encontrarse en la máxima perfección aún antes de pedir. Será ahí donde Dios quiere que lleguemos, en ese estado de espíritu que prevalece siempre, pues es ahí que vemos y volvemos a ver que, de hecho, Su yugo es liviano y ligera su carga porque en el fondo no somos nosotros que soportamos el yugo, pero sí Él en nosotros. Pero quien desiste sólo revela cuánto se ama a sí mismo y como halla, en la práctica, que sabe más que Dios o es Dios quien está errado y nunca él mismo.

¿Cuándo, entonces, es que Su yugo se hace pesado demasiado e insoportable? ¿Que hace a alguien desistir sino algo que él aún rechaza por discordar, no aceptar, no desear esperar más, o que lo lleve a él mismo a rebelarse en contra de lo que cree que no sabe sabiendo que se trata y sólo nunca sabe porque no acepta, o no quiere aceptar que sabe? Hay personas que cambian de doctrina aceptando una que saben ser falsa, de iglesia, de Dios hasta, pero extemporânea y convenientemente cambiada, sólo porque su vida con Dios ya no funciona; ¿porqué?

¡Cómo no quieren, no aceptan relacionar cualquier pecado en sí, en lo cual Dios está mexendo, con su falta de vida o de respuesta conclusiva - la cual concluye siempre cualquier cuestión con Dios - relacionando la falta de respuestas con la decadencia de su estrella y así prefieren y asumen desistir, antes culpando a Dios y quien junto con Él predica la verdad y la siembra diligentemente - antes eso a doblar sus rodillas atestadas, su columna entorpecida y terca y su mirada atestada! Desistente, se ama a sí mismo mucho más que aquel que no desiste de un cierto objeto u objetivo  que se propuso alcanzar de Dios para él mismo. No se quieren humillar en aquello que Dios quiere ver fuera del hábito, del día, del corazón, de la boca, del trabajo, del hogar de quien pide! Y aun así desisten de aquel objeto que se hizo enmedio que los lleva a que se presenten delante de Dios!

¡No cediendo en algo que hiere su conciencia al punto de ruptura, al punto de no sentir más acusación alguna siquiera, el mendigo escoge y crea un camino propio que le conviene por el pecado existente en sí, lo cual quiere sobrevivir a cualquier costo aún, pero que ciertamente lo llevará al matadero, a  su propia muerte - antes eso de lo que ceder en algo "que no sabe lo que es"! Será a partir de ahí que "Hay camino que al hombre le parece derecho;
    Pero su fin es camino de muerte", pues la verdadera sabiduría dice que "Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;Todos los que me aborrecen aman la muerte”. Prov.14:12,8:36.
Quien ama la propia vida, la perderá. Como Dios no va a ceder, alguien se quedará entregue al sol, separado del tronco, de la savia, del árbol, para que seque y venga un día a ser lanzado en el fuego. ¡Todo aquello que viniera a acontecerle mientras que esté separado de Dios en persona (aunque no en creencia) será de su entera responsabilidad!

¡Por eso, quien entra en la lucha (y también si un atleta lucha en los juegos públicos, no será coronado si no luchar legítimamente, 2Tim.2:5), para que no tenga que perder, desiste - antes eso a tener que humillarse sobre algo que quiere mantener a cualquier costo fuera de cualquier discusión! En una prueba de atletismo, quien desiste se queda en mayor honra que quien va hasta al fin y pierde para otro. Quien desiste puede dejar en el aire que estaba lastimado o que era débil. ¡Dios quiere discutir con el mendigo la propia posesión del mendigo y no sólo del pedido, quien pide el pedido y nada más! Todo el resto será para consumo y para jugar fuera después de ser usado. ¡Que sea Dios que ceda y nunca el mismo!

Esa es el lenguaje pero no el habla, la actitud pero no aquello que manifiesta, de quien no cede Dios en algo que Él tampoco irá a ceder. Bien-aventurado aquel hombre que se coloca siempre al lado de Dios contra su esencia de vida. Pero como creen que Dios es que tiene que ser siempre “el bueno de la película”, el pecador mendigo el malo, el bueno tendrá que ceder primero y el pecador tal vez! ¡Desgraciado de quien así piensa! ¡Será entregue al viento para deshidratarse y al sol para ser seco! Es de estos que la Biblia habla cuando dice "Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo." Apoc.3:17.

¡Sólo hay una manera de resolver este dilema a lo cual Dios nunca va a ceder - cediendo quien está en error grosero, aceptando quien no está y no reconoce por, no sólo ser ciego pero, como ya leemos, "no sabe que es ciego" siquiera porque no quiere saber de tal cosa, para que no tenga que ceder en aquello que le gusta mantener en vida! Pero "el camino de los transgresores es duro." Prov.13:15. No va a tener salida sin ser o la salida de la humillación o la de ser cortado y lanzado fuera, pues Cristo avisó que "El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.", Juan 15:6. Nadie tendrá como evitar eso.

Entonces, ¿porque desiste alguien en aquel tiempo en que parece que Dios se olvidó de nosotros? Vamos por partes. ¡Pensamos que se olvidó sólo porque Él está activo en una otra área de nuestra vida que no reconocemos ser válida ni para darse atención siquiera mientras más de Dios atreverse a mexer lá por Su autoría y determinación! ¡Desistimos porque no aceptamos ceder en algo que no reconocemos ser justo mexer lá siquiera, mientras más venir a ceder en eso aún! Como Dios no cede y tiene un brazo fuerte e invencible, quien lucha y no cede cansándose eventualmente y usará una última arma contra Dios: su propio suspiro de renuncia, su propia vida como moneda de cambio.

Pero, si Cristo no intercambió algo suyo para dar en pago de todas las vidas sobre la tierra, Mat.4:9,10, ¿porque pensaríamos nosotros que cederá a un chantaje? ¡Desistiendo un pecador, acaba por ser una forma de chantaje, de endurecimiento que dice sólo, "vamos a ver quien sabe mejor, vamos a ver si cedo!" Como Dios es bueno, tal pecador cree que bajo tal forma de presión Dios irá a ceder, pues no quiere que alguien se pierda, por lo menos ninguno de aquellos que creen como está escrito "para que todo aquel que en Él cree no se pierda ", Juan 3:16.

Cualquier tipo de desistente acaba por ser siempre un “super-endurecido” que se cree un superhombre, que se ve como un héroe por la gran cantidad de amor-propio que posee en sí y que nunca reconoce como tal, pues chantagea a Dios con su propia vida. ¡Quién hace eso se ama a sí mismo al punto del suicidio y usa su vida como escudo delante de las narinas de la ira de Dios! Su carga es liviana y el pecador desistente y endurecido lo hace y lo halla pesado e insoportable. ¡Será siempre blanco de la ira de Dios por no tener esos derechos sobre su vida y estar abusando de los mismos! ¡Cualquier género de suicida es criminal, es asesino y será desterrado para siempre, a menos que se pueda recuperar a tiempo de su tontería, de su vanidad y desvario - lo que no le es fácil, pues se halla siempre con la razón, justificándose continuamente delante de quien lo quiere sólo convencer de su pecado para tener como salvar de él! Aquí se oye alto y buen sonido, “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones”, Heb.3:7,8. ¡Dice "hoy" de esa forma porque mañana puede ser demasiado tarde!

¿Qué dice de su vida creyente, usted que es flojo y tal vez interesado en su relación con Dios? ¡Antes fuera de verdad interesado sin ser tolo y flojo, pues si deseara la vida de hecho no se agarraría a la muerte con ese desplante y esa vehemencia toda! ¿Será que aún va a tiempo de recuperarse de su triste e infeliz tontería? Es que cada día que pasa sobre ese estado de cosas sólo va a contribuir para empeorar su estado de espíritu que ya se va alejando por tendencia y no más para ganar tiempo sólo. ¡Delante de Dios en ese estado de espíritu nunca se gana tiempo - se pierde! Mañana, mayor será el endurecimiento y menor la condescendencia de Dios para consigo - ¿o cree que Dios no si ira? ¿Quien cree que fue que expulsó a toque de látigo a quien negociaba delante de Él para poder "ganar" (¡perder!) su vida dentro de sus entradas? ¿Cómo podrá usted negociar con él su vida, poniéndola en el espeto de su incoherencia llena de chantaje promiscuo?

¿Cómo se puede ganar nuestra vida suicidándola, colocándola en la parrilla por encima de fuego ardiendo ya en la ira de Dios? ¿No ves oh hombre tolo que no estás en tu juicio perfecto? ¡Juzgas mal y engañas tu propio corazón y aún crees que haces la obra del siglo! ¿Quién venció Dios algún día? ¡Sólo quien cedió hasta en la cuestión del chantaje! ¡Esos sí, luchan con Dios y hombres y vencen, como Jacob! ¿Que pasa en tu triste vida?

Ahora, entonces vemos que quien desiste no cede, pero endurece su propio corazón, desiste para que no tener que venir a ceder. Es dad que adviene la palabra en Is.59:1,2 "He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”.

 

"Su deseo busca el que se desvía, Y se entremete en todo negocio.", Prov.18:1. Vemos entonces que quien lucha con Dios hace bien - pero tendrá que ceder, tendrá que vencer cediendo, perdiendo, Sin perder, nunca ganará. Dios quiere algo del pecador que el pecador retiene y no quiere dar Dios - el pecador también quiere algo de Dios, que retiene y quiere dar o no. ¿Y si Dios no quisiera dar? ¿Desistirá de la vida a causa de una tontería de esas? El enfrentamiento es ineludible tanto a quienquiera salvar como a quien cree que se quiere salvar - pero no de sí mismo y antes a sí mismo, pues, nunca se ve como su propio enemigo.

Cualquier pecador cree que Dios es injusto, aún cuando no lo reconoce ni para sí mismo, por haber ganancia una cierto lenguaje deslavada de creyente de iglesia que impone siempre que se debe decir siempre que Dios es bueno como palabra de fe, para que así se hubiera cómo satisfacer mucho género de bichinho egoísta en sí mismo - sólo egoísta y sin validez y fuerza delante de Quien si ora. Cualquier desistente se ama en extremo y no tiene límites para su codicia y auto-defensa tola. Llega a usar su propia vida como escudo, a la puso en el infierno si fuera necesario, para ver se alcanza permanecer en aquello en que Dios no quiere, no deja y no permite aparecer dentro de sus templos, los cuales somos nosotros sólo. Leemos que quien ama su propia vida, es decir, aquella que quiere tener y con la cual chantajea a Dios, hombres, mujeres y niños, la perderá, seguramente. Quién nunca cederá a cualquier tipo de chantaje es el Dios que conozco.

Finalizando, quien no lucha es fingido, hipócrita, incrédulo o perezoso y desleixado, tolo, negligente o desviado para sus propias ideas de como deben ser las cosas santas. Quien entra en la lucha porque es consistente o quiere venir a ser, es inteligente o quiere que pueda ser, (pues Dios tiene como hacer tolos en sabios desde que se reconozcan tales cuáles son), es obediente a la voz de la razón, del Espíritu o quiere venir a ser y no le importa con los chantajes y del desprecio de Satanás y de las personas. Pero si no desiste de su pecado y sólo estar en la disposición de engañarse a sí mismo permaneciendo en las entradas de Dios, para poder andar con “Dios" pero nunca fuera del pecado preferido y con eso intentar engañar el Espíritu que ora en nosotros por nosotros, tendrá que incautar como haberse con Dios de manera diferente de aquella que Ananias y Zafiro intentaron, mintiendo a Quién no se puede mentir, delante de quien no debían, (Hechos 5).

¿Si estos cayeron muertos, porque cree que intentando dar la vuelta Dios aún nos advendrá algo diferente y más coherente y en mayor conformidad con nuestros propios pecados y anhelos pecaminosos? Es correcto que quien lucha tiene que tener algo santo en él, pues de otra forma no entraría en un tal estado de espíritu de poderse venir a entender con Dios en forma real, sabiendo de antemano que Dios es siempre una persona real y difícil de ser engañada. Pero su pecado lo lleva a tener alucinaciones muy extrañas sobre quien es Dios de hecho y sobre aquello que Él pretende de nosotros, en nosotros.

No será la oración que Él oye, pero sí al justo. Vámonos Justificar entonces, para que en nada tengamos falta alguna. Hagámonos justos - es esa la razón porque Dios tarda en oír, es decir, porque no somos justos delante de Él ni tan poco venir a ser justificados. Creyente, que sus oraciones no sean impedidas después de las encetar, pero sí bien concluidas a través de su propia salvación y que su vida le sea devuelta salva y purificada. Es de esto que se debe vivir, pues Santiago y Pedro dicen, "He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo. Obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Santiago 5:11, 1 Ped.1:9;2:5.

Si sabemos que habrá lucha, si sabemos que "la carne lucha contra el Espíritu y el Espíritu contra la carne; y estos se oponen uno al otro, para que no hagáis lo que queréis", es decir, desistiendo en vez de hacer lo que se quiere hecho, o desistir de la lucha para que podamos hacer todo lo que queremos, Gal.5:17, vamos entonces a proponer a nuestro corazón una lucha sin treguas con Dios pero contra nosotros mismos a favor de nuestra vida y nunca contra ella, pues Dios es glorificado en que demos muchos frutos y nunca nos perdonará tal veleidad bajo pena de que estemos a destruir el templo que Él mismo quiere ver y haber edificado para siempre, sabiendo y entendiendo que también somos suicidas cuando no nos conviene serlo. Quien pide y recibe es quien tiene como glorificar a Dios.

¡Quién no recibe, será quien se suicidará, endureciéndose cada vez más, de manera más sutil y con la "mejor" tontería! De ahí que, "antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, Heb.3:13,14. "Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. ", Rom.10:4. Quien cree entra en la lucha. Dios también, pero para hacer justo quien cree - Él aprovecha para tener cómo salvar, por eso dicen las Escrituras "y serás salvo" con el verbo en el futuro y no como algunos tramposos auto-engañados pretenden que sea entendido para provecho propio!

Entonces, nunca nos defendamos delante de Dios, antes, defendamos a Dios delante de nosotros mismos. Es así que alcanzamos de Él todo aquello, pero todo aún, lo que le pedimos, pues es esa la promesa de la boca de él a lo que permanezcamos y que estemos dentro de su voluntad y "pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación” 1Tes.4:3. "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. ", 1Juan 5:14,15. “Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, (¡todo el tipo de santificación!)  obtengáis la promesa", Heb.10:36.

Quien desiste, en la verdad resiste hasta al fin. Vamos entonces a orar sin cesar, sin desistir enmedio, llegando al fin de la oración con las mismas fuerzas con las cuales comenzamos, "guardando firme hasta el fin nuestra confianza inicial" porque angosto y apretado es el camino, Heb.3:14. Quien desiste es quien prefiere no ceder, como Dios también prefiere nunca ceder y antes dejar perderse a quienquiera continuar a ser tolo y descuidado con su propia vida. Hablamos sólo de aquellos que entran en la lucha y desisten. Aquellos que no entran en la lucha, no merecen que discutamos su caso siquiera - que se arrepientan y sólo después lean esto que escribí muy resumidamente.

A estos que no entienden lo que la palabra "deber" en Lucas 18:1 puede aún venir a significar para ellos, “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar ", no cabe saber aquello que el Señor Jesus dijo bajo pena de que seamos hallazgos a acostostar perlas a cerdos enlameados y nojentos por su imundície. Él dijo: "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones” Apoc.2:26. "Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma", Heb.10:38. Amen, Señor, ven pronto. Amén.

 

José Mateus
zemateus@msn.com