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EL PECADO ES UNA ILUSIÓN DÉBIL QUE SE HACE FUERTE

 

CS: Pero, ahora explícame ¿porque es que el pecado es una ilusión? Hace poco afirmaste que el pecado es ilusión.

CL: El pecado tiene fuerza, pero es una fuerza mentirosa. Amenaza, seduce, hace barullo, incita, finge y usa todo aquello que puede sólo con el objetivo de mentir a las personas para que ellas ganen una mentalidad que las pueda dominar e intimidar. Por esa razón es que Jesús pone énfasis tanto que Él es la verdad – en oposición al pecado, claro. Si es la verdad que nos libera, todo el pecado es una mentira, una ilusión. Sólo puede ser.

CS: ¿Estas afirmando que vivimos en un cautiverio propio hecho de viento, en una prisión con barras de viento?

CL: Es eso mismo. Pero, las personas también creen que el pecado es bueno y que la santidad es algo mala y fea. Todos los pecados son mentiras que se crearon en el día a día de las personas. El pecado creó un ambiente, una “sociedad” y leyes de conductas propias, aún dentro de las personas, para que vivan conforme a lo que sienten, condicionadas por un tipo de comportamiento y por una personalidad formada, monopolizada y esclavizada.

.CS: ¿Cómo así?

CL: ¿Ya viste una persona con miedo de todo?

CS: Sí, ya vi.

CL: Existen personas con comportamientos condicionados por aquello que piensan y encuentran cuando es sólo su propio corazón que los guía y condiciona. Tienen un comportamiento interior que determina aquello que pensarán y harán de la manera que están condicionados a hacer. Por ejemplo, si el pecado grita “peligro”, las personas se quedan con miedo de hacer cualquier cosa – hasta de hacer las cosas correctas.

CS: Entiendo.

CL: Su persona y personalidad son gestionadas y manipuladas por el miedo del peligro que probablemente no existe. Y acontece el mismo cuando el pecado grita: ”placer!” – corren atrás de aquello que el pecado dice con el objetivo de manipularlos. Después, se ríe porque hubo tontos que creyeron en él. Parece una broma, pero es un juego de vida o muerte, de verdad o mentira. Es un juego muy serio. Con el tiempo, el pecado ya no necesita gritar sea lo que sea – las personas ya se condicionaron, ya son del modo que el pecado quiere que sean y el diablo sólo va retocando y añadiendo lo que falta en su reino donde todo transcurre como él quiere. Por eso es que el diablo no cesa de perturbar, cansar, amedrentar, amenazar a alguien que está abandonando la ilusión del pecado.

CS: Da para entender, pero estoy en la duda. Yo creo que nacemos así, en pecado. Y yo no entiendo como es que alguien es manipulado si ya nació así.

CL: Aunque sea verdad que las personas nacen en pecado, eso no impide que sea una ilusión y que Dios nos creó para que vivamos sólo de la verdad. Una cosa es donde nacemos – otra es como fuimos hechos.

CS: Sé.

CL: El mundo, después, se habituó a crear un ambiente donde se cree que la mentira es verdad – o vida. La forma de enamorar, la forma de beber y todo lo demás que existe en este mundo de mentira, gira en torno a una ilusión, de la cual las personas se convencieron plenamente y que creen que son sueños que se pueden materializar. Y cuando quieren salir del pecado, creen con mucha certeza que no consiguen o, entonces, que están abandonando una cosa muy valiosa – por eso miran para atrás como la mujer de Lot hizo y Dios se enojara contra ella porque no quitaron la mentira del corazón cuando la dejó en Sodoma. Cuando van a las iglesias, oyen el mismo recital y, de las pocas palabras que entienden, hacen una propia fiesta basada y sujeta a la manera de pensar que adquirieron. Y, para ayudar en el gran festín del engaño, los pastores asimilaron el lenguaje que el mundo usa siempre que interpretan la Biblia. No es lo que la Biblia dice que está errado, sino que es el lenguaje y la forma como la dan a interpretar.

CS: Te encuentro muy revolucionario y muy crítico con relación a los pastores. ¿Que tanto tienes contra ellos?

CL: Prometiste que no me interpretarías mal de nuevo.

CS: Es verdad. Lo había olvidado ya. Perdón.

CL: ¿Sabes pedir perdón ¡Que bueno! Deberías aprender a pedir perdón por todos los otros pecados también, uno a uno – a las personas y Dios, claro.

CS: Son muchos. ¿Estás hablando de eso de nuevo? No desviemos la conversación. ¿Que tanto tienes contra los pastores?

CL: Yo no estoy desviando la conversación. Pienso aunque que tú estás desviando la conversación, pues para ti sólo importa que limpies tus pecados y quieres evitar el asunto a cualquier costo. Es más importante para que ti que  hablemos en que cómo te limpiaras debidamente, que conversemos sobre las razones que me llevan a creer que los pastores andan muy desviados.

CS: ¡Después podemos hablar mejor sobre eso – nuevamente!

CL: Entiendo. Pretendes aplazar aquello que nunca deberías evitar ni un minuto más. Pero, entonces, ¿no soy yo quien quiere desviar la conversación como dijiste, pues no?

CS: No. Yo quiero hablar sobre esa actitud crítica que tienes con relación a los pastores. Quien sabe debo exhortarte para que no hables así de los siervos de Dios.

CL: La actitud no es crítica. Es una constatación de verdades. Debemos entrever la verdad, hablar de la verdad y explicar la verdad. O hago eso, o me doy muy mal con Dios.

CS: Pero los pastores hablan de Dios.

CL: Claro que hablan. Ellos apuntaron hacia el blanco correcto, pero, sin embargo, fallaron el blanco para el cual apuntaron. La culpa de que hayan fallado es el telescopio que usan – está averiado y condicionado a través de la mentira. Y, aún, tienen falta de visión para que miren como deberían por un telescopio que debería ser espiritual en todos los sentidos. Nunca oí a cualquiera de ellos usar las palabras de Jesús y de la Biblia donde llama los pecadores de tontos que creen fácilmente en mentiras. En vez de tontos los llaman “hermanos”, o “pobrecitos”. Parece hasta que es Dios quien tiene la culpa de los pecados de ellos.

CS: Y, si las barras de las jaulas que nos prenden son hechas de viento y de ilusión, ¿porque rechazamos salir de ellas entonces?

CS: ¿El pecado es como una leyenda, como una fábula?

CL: Ahí es que está el dilema. Si el enemigo fuera real, visible, verdadero, tendríamos una forma específica de luchar contra él. Pero ahora, las personas luchan con un enemigo de mentira como si fuese real – y es así que mantienen la “leyenda” del pecado viva.

CS: ¿El pecado es como una leyenda, una fábula?

CL: Es. Por eso es que Pablo dice: “y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”, 2 Timoteo 4:4. También, a cualquier pecador le gustaría que las ilusiones que tienen, dieran correcto, que se pudieran materializar. Por esa razón, antes de Pablo haber hablado que las personas vuelven a las fábulas, afirmó que “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias” 2 Timoteo 4:3. Aquello que el pecado promete mintiendo, es muy apelativo y llama la atención de todos. Y el pueblo es quien amolda a los pastores – no son los pastores que amoldan al pueblo. Y como las personas poseen un corazón que miente hasta para sí mismo, nunca tendrán dificultad en creer en las mentiras de cualquier pecado – o de cualquier pecador. Pero, en la verdad, las personas creen fácilmente cuando alguna mentira llama su atención y no creen cuando la verdad se queda quieta.

CS: Y ¿porque razón la verdad se queda quieta?

CL: Porque la mentira es demasiado obvia y la verdad está en la cara también. Es como si dijéramos: “¡Está en la cara!” Por eso es que pecador es tonto. La Biblia dice que ni un pájaro se cae en una red cuando ve a alguien armando la red para atraparlo. “Pues en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave”, Proverbios1:17. Parece que las aves son un poco más inteligentes que los humanos. Y Dios no los creó así.

CS: Sí, pero yo creo que la peor parte viene cuando la ave ya está presa.

CL: Cuando ella está presa, se queda presa porque mantiene la misma mentalidad. En la cuestión del pecado, ella lucha contra el engaño en vez de calmarse, desprender o esperar que Alguien a desprenda. Y como se queda decepcionada con la vida, el corazón herido, inmediatamente realza el mismo comportamiento y sentimiento con relación a Dios cuando Dios intenta relacionarse con ella. No se guía exclusivamente por la verdad, pero se relaciona a través de la forma que siente. Necesitamos quietarnos si queremos salir de un lazo de mentira. Aún porque, quien desamarra el lazo, necesita que quien esté preso, permanezca quieto para que el nudo pueda ser desamarrado.

CS: Es verdad. Pero, ¿en este caso del pecado, lo que es la red?

CL: Por ejemplo: el diablo escoge alguien que te irrita, lo planta cerca de ti, arregla unos problemas extras e intenta que tu corazón se irrite; todo al mismo tiempo. Es una red colocada en unas estacas aún a tu frente y, sin embargo, sólo ves a la persona que te irrita en vez de que pares y que creas que el problema existirá solamente si te envolvieras con la red. Como es una red, él desvía tu mirada para otros asuntos, otras preocupaciones y otras rabias para que no veas la trampa o para que no la lleves en cuenta.

CS: Pero, ¿el diablo consigue hacer todo eso? ¿De ese modo?

CL: ¡Claro que lo consigue! ¡Y también usa muchas otras maneras de atraparte que ni imaginas! Por ejemplo, te intenta por dentro a desistir cuando veas venir la red venir hacia tu lado. En esa altura dices: “¡ah! ¡No quiero saber! ¡Estoy harto de todo!” Y la red se aproxima cada vez más. Usa el desánimo y la desesperación, la tristeza y la melancolía, sueños y muchas cosas más – cada una de su manera. Es como si él tuviera una ropa para cada estación de tu corazón. Él también puede colocar un cebo que te parece apetecible en medio de la red. “Escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos”, Proverbios 6:5. Después de que estés preso, te quedas con rabia y te justificas siempre contra alguien. En esos momentos olvidas que, si Dios golpea a tu puerta, es para salvarte a ti de la irritación y no de quien te irrita. El problema siempre fue el corazón. Y, Jesús vino para cambiar los corazones y no al diablo o las circunstancias. Y el asunto es serio. ¡Quiero mucho que me lleves en serio!

CS: Pero yo no concuerdo. Si me irrita, ¿porque soy yo quien está errado? Dios necesita salvarme o librarme de la persona que me irrita y no de la irritación.

CL: ¿Ves como los pecadores discuten y argumentan siempre a favor del pecado y contra aquello que Dios habla? Ya estás luchando preso en la red. Y no das espacio para la posibilidad del malestar en ti y no sólo en quien te irrita. Aunque quién te irrita haya pecado, no será el pecado de él que te prende en una red de tu muerte. ¡Y, cuando es Dios quien habla, debemos darle todo el crédito que merece porque es Dios! Pero, si prefirieras dar oídos y riendas a tu irritación, tendrás un fin triste. Los que corren así, se cansan, como cualquier pájaro se cansaría luchando contra la red que lo prende a causa del miedo y de la prisa que lo presionan, Isaías40:30.

CS: Pero, si no me gusta una persona, se hace muy difícil concordar que soy yo quien está errado.

CL: ¿Y si un médico que te consulta acertará en el diagnóstico de una enfermedad que tienes y tu dijeras que la enfermedad no es aquella o que la medicación está errada? Corres el riesgo de morir porque contestas a quien sabe mejor de lo que tú que sufres. Por eso es que Dios dice así: “a los cuales dijo: Este es el reposo, dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír”, Isaías.28:12.

CS: Es verdad. Aún cuando los médicos dicen cosas que no entendemos, debemos darles crédito. Si no, ellos también nos dirán: “¡pero no quisieron oír!”

CL: Entonces, si el pájaro se irrita contra la red, o contra quien extendió aquella trampa, pierde la sobriedad y ocupa su mente con tramas y con sueños de venganza que nunca lo llevarán a su liberación. Se hunde cada vez más en el pozo, se prende cada vez más y se queda más y más enmarañado que nosotros que él hace porque no se queda quieto. Él se enrolla cada vez más con cada movimiento, cada contestación que hace y eso sólo beneficia a quien lo quiere atrapar. Y, peor que todo, él usa su estado de espíritu para oír e interpretar Dios. Por esa razón es que Jesús dijo: “¡Niéguese a sí mismo!” ¡El objetivo de quien lo atrapó es comérselo, y el tonto preso ayuda a el éxito del enemigo, hasta dialogando mal con Dios! Y si tu objetivo es que liberarte, debes dejar de luchar y de imaginar la rabia. Por eso es que la Biblia nos manda que seamos sobrios, también.

CS: ¿Y tienes más algún ejemplo? Puede ser que después entienda mejor.

CL: Vamos a hablar de sexo.

CS: ¿Tú no tienes complejos de hablar de eso? ¡Yo siento vergüenza!

CL: Pecado es pecado y necesita ser encarado. Las personas miran hacia el sexo como un tema tabú, o entonces a través de un libertinaje que no tiene nada a ver con el sexo que Dios intentó crear.

CS: ¿Cómo así?

CL: Es uno de los pecados que mejor ejemplifican esto que quiero decirte. Las personas imaginan cosas sobre el sexo que él no puede dar. Y, se imaginan aquello que él no tiene para dar, inmediatamente pierden aquello para que sirve también.

CS: Explícame más, por favor. Estoy muy interesado.

CL: La mayoría de las personas cometen locuras a causa del sexo ¿porqué? Porque razón buscan aventuras, cuando se sienten vacíos, cuando se interrogan mucho si las esposas o los esposos son los compañeros ideales ¿o si no lo son? Es porque esperaban algo más (¡o algo diferente!) y no les salió conforme a lo previsto. Y Dios no tiene culpa que te quedes engañado con tu compañero, pues no tiene culpa de las cosas que idealizaste por tu autoría y decisión. El mismo se puede decir de la riqueza y todo más. Todo lo que existe, sólo da aquello que puede, aquello para lo que fue creado y nada más.

CS: Tienes cierta razón. Es tal la cuestión de la ilusión, ¿correcto?

CL: Sí. Después, luchan, pelean, matan y hablan unos de los otros a causa de aquello que imaginan. Por eso los Salmos dicen así: “Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman vanamente? Todos juntos conspiran contra el Señor”. Las personas imaginan la guerra y entran con un pie de guerra en cualquier asunto – ¡incluso donde ni existe guerra! “Yo soy pacífico, mas ellos, así que hablo, me hacen guerra”, Salmos 120:7. El pecador está siempre en pie de guerra – hasta con él mismo.

CS: Entendí.

CL: Después de eso, se hace muy fácil materializar el pecado: matar, traicionar, robar y todo lo demás. Las personas dicen, por ejemplo, que las guerras matan a mucha gente. Pero, yo creo que el pecado que mató más gente, fue el adulterio y los celos – ¡todo llevado por imaginaciones y celos!

CS: Y ¿para salir de la red, como hacemos?

CL: Bien, en primer lugar necesitamos hacer aquello que no quieres hacer.

CS: ¿Lo que yo no quiero hacer? ¡Yo quiero vivir para Dios!

CL: ¿Quieres? ¡Pero, no quieres limpiarte! Y precisas de Dios y de conseguir quedarte quieto y tranquilo para que Él te ayude a salir de donde te enrollaste. Dios dijo: “Pero los impíos son como el mar en tempestad; que no puede estarse quieto. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos”, Isaías 57:20-21. Si no puede quedarse quieto y comenzar a luchar contra un enemigo que se colocó dentro de la imaginación de él, el hombre lucha con el pecado como si fuera un enemigo real. Contra un enemigo real, usamos armas reales – pero, contra un enemigo de la imaginación, necesitamos quedarnos quietos, aún porque no nos puede alcanzar. Basta que creamos y que confiemos en aquello que Dios dice. Y el pecador, para quedarse quieto, necesita tener paz real; y para tener esa paz, necesita limpiarse de verdad también. No sólo quedarse creyendo que está limpio y afirmar que eso es fe – que, “por la fe” que tiene, está limpio. ¡Eso no le dará la paz que necesita y que puede tener!

CS: Pero, ¡es muy arriesgado entregar las armas de ese modo así!

CL: ¡Arriesgado es hacer como haces! ¡Arriesgado es resistir Dios! Y quien lucha así contra el pecado, en la verdad, resiste a Dios. No pasa de una terquedad esa tuya rechaza que limpies inmediatamente todo tu corazón. Y, además, Jesús nos habla de que nos rindamos a Él. La rendición es el alma del negocio – no la lucha. Jesús dijo: “No resistáis al mal”.

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