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VIDA ABUNDANTE

 

CS: Hay una cosa que no entiendo muy bien.

CL: Es normal. La unción de la vida abundante es la que nos hace entender muchas cosas y hace, también, entender de la manera correcta.

CS: ¿Existe una manera errada de que entendamos?

CL: Claro que existen muchas maneras erradas de entender las cosas. Es como los cálculos que los pilotos hacen para la ruta de los aviones: sólo existe una ruta correcta. Existen muchas rutas erradas y sólo una que es correcta. Sólo existe una manera correcta de que entendamos las cosas de Dios. De todas las rutas que existen, una sólo está correcta. Por eso muchos se equivocan en el camino. Otros, por su parte, abandonan todo – incluyendo el camino correcto – porque se quedan entrando por todas las rutas erradas y se desmotivan.

CS: Pero, ¿porque abandonan todo?

CL: Porque, habiendo muchos caminos errados, asumen que no existe un camino correcto. Hablan demasiado rápido, deciden apresuradamente, llevados por su impaciencia. No paran para pensar que, en todas las cosas de esta vida, existe una manera correcta y muchas erradas. Si vas de una ciudad para la otra, existe un camino para allá y muchos que no van hacia allá. Es extraño que las personas desistan sólo del Camino de Dios porque existen muchos otros caminos errados o parecidos, siendo que, para cada camino correcto, existen muchos otros caminos alternativos que no van a terminar bien, en todos los aspectos de la vida. Sin embargo, sólo en la búsqueda del camino de Dios es que desesperan – en la búsqueda de los otros, no. ¿No encuentras eso extraño también?

CS: Visto de ese prisma, parece extraño sí. Existen muchos caminos errados y uno sólo que está correcto. No debemos desistir del camino de Dios porque existen muchos caminos tramposos. Tiene lógica.

CL: Claro que tiene. Existen muchas rutas erradas para un avión y sólo una ruta correcta para que él pueda llegar a su destino. Si no anduviéramos en avión sólo porque existen muchas rutas erradas, nadie llegaría a su destino. Sería lo mismo que no creyéramos en profecías correctas sólo porque casi todos los profetas actuales son falsos. El diablo, o consigue colocarnos en una ruta errada, o, en alternativa, nos hace despreciar las profecías y otras cosas más que son de Dios.

CS: ¿Y cual es el camino correcto para Dios?

CL: Ese camino correcto es el de la Vida Abundante. Allí, nadie errará el camino. Y si errar, será restablecido manteniéndose limpio.

CS: Pero, ¿no te estás contradiciendo? ¿El camino cierto no es el de la limpieza completa, andar en la luz?

CL: Para ti esa es la prioridad y, para quien ya se limpió, andar en la luz es el mantenimiento de esa vida. Quien anda en la luz, permanece en ese Camino. Quién no anda en la luz, se caerá en él – el propio camino hará con que tropiece. “Y allí habrá un camino que se llamará el camino santo; el inmundo no pasará por él”, Isaías 35:8.

CS: Entonces, ¿para mí la Vida Abundante no es el camino correcto?

CL: Es. Será la única forma de vivir, sea para la criatura que fuera.

CS: Y ¿porque dices que para mí es la limpieza?

CL: Porque, la limpieza es la puerta de entrada para esa vida. “Y allí habrá un camino que se llamará el camino santo; el inmundo no pasará por él”, Isaías 35:8. Ni cuándo cree que pasa.

CS: Y ¿porque razón el inmundo no entra por él? ¿Qué es un inmundo?

CL: Un inmundo es quien esconde pecado, es quien habla del prójimo, quien mira hacia las cosas del mundo y cuyo corazón siente la ausencia de las porquerías que el mundo tiene. Eso es un inmundo, alguien que se hace sucio, que se ensucia por placer.

CS: Me asustas hablando así. Parece que estás hablando de mí.

CL: No es preciso mucho para que seamos inmundos. Y los inmundos nunca se consideran sucios.

CS: Entiendo. Y ¿porque razón el inmundo no entra en el camino de Dios?

CL: El camino de Dios es santidad. “Habrá un camino que se llamará el camino santo”. ¿Si el camino es la santidad, como es que puede ser inmundo al mismo tiempo? ¿Lo seco puede ser mojado? ¿El día puede ser noche? ¿El negro puede ser blanco?

CS: No.

CL: Si el seco no puede ser mojado, el camino de Dios no puede ser para el inmundo. El camino de Dios es la santidad y nada más. ¿Cómo es que el inmundo puede entrar en la santidad si continua siendo inmundo? ¡No tiene cabida tal presunción! La entrada es una limpieza completa, pero, el camino de Dios es una vida abundante. La Vida Abundante es la pureza. Si pidieras a Dios una Vida Abundante, en la verdad, estás pidiendo pureza a Él.

CS: Era realmente sobre eso que quería hablarte. Me quedé en la duda siempre que hablabas en “vida abundante”. Hablaste todo lo que yo quería preguntar. Yo no estaba encontrando las palabras. Es que hablaste varias veces de eso y se queda martillando en mi cabeza todo el tiempo. Aún ayer fui a acostarme para dormir y sólo pensaba en eso y no conseguía dormir. ¿Que vida es esa? Es que, por tus cuentas, yo no tendré acceso a ella, yo no la tengo y nunca la tendré.

CL: Lo que ella es, tienes que descubrirlo por ti. Bien, en la verdad, necesitas encontrarla, experimentarla y vivirla en vez de intentar entenderla. Yo no entiendo cuál es la composición del aire cuando respiro y, sin embargo, respiro bien sin entenderlo. Sólo necesito de pulmones saludables para respirar así como necesitaré de un corazón puro para vivir la Vida Abundante que hay en Dios. En la verdad, es la Vida Abundante que Dios es. Él se da a Sí mismo.

CS: ¿Y no me vas a explicar entonces? ¿Tendré que ser yo quien lo descubra?

CL: Puedo explicar un poco, pero sólo porque aún tengo la esperanza de que, aun así, la buscarás de todo tu corazón. Estas cosas no se explican, se viven y se experimentan.

CS: Entiendo.

CL: ¿Y que más quieres saber que yo aún no te expliqué?

CS: ¿Cómo es esa vida?

CL: Es una vida que no depende del lugar donde vives. Si tienes un buen empleo o si vives pasando hambre, si eres hombre o mujer, si estás leyendo La Biblia o trabajando, todo es hecho con esa vida – a través de ella.

CS: Pero, las personas dicen que vida es ganar bien, casar y todo lo demás. Ellos siempre dicen “mi vida no está corriendo muy bien”, siempre que se refieren a esas cosas.

CL: Pero, eso no es lo que la vida es. Jesús aún dijo: “Mirad y guardaos de toda avaricia porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”, Lucas 12:15. ¡Y no consiste realmente! No tiene como consistir. ¡Vida es otra cosa completamente diferente!

CS: ¿Qué es tu definición de vida entonces?

CL: Vida es aquello que está dentro de ti – no afuera. Esa Vida real hasta puede usar todo lo que existe fuera de nosotros, pero no se pierde, no aumenta y no disminuye a través de nada de lo que existe afuera de nosotros. Eso no es posible de acontecer siquiera.

CS: ¿Cómo así?

CL: ¿Tú dependes de un lugar para respirar? Por ejemplo: si estuvieras en el parque paseando respiras y si te están dando una paliza en una prisión ya no respiras?

CS: Respiro siempre. ¡Imagina yo siendo golpeado y aún no respirar!

CL: Entonces, tu respirar no depende del lugar donde estás y ni de las cosas que te acontecen.

CS: No depende.

CL: Pero, ¿si hubieras aprendido a pensar que respirar era no tener problemas? ¿Si rechazaras respirar dentro de un problema porque decías que respirar es no tener problemas?

CS: ¡Moría! ¡Moría al nacimiento! ¡Ya tengo problemas desde que nací!

CL: Entiendo. Entonces, la vida no depende de nuestras circunstancias. No puedes rechazar vida sólo porque tienes problemas. Y las personas se rebelan contra Dios o se enflaquecen cuando tienen problemas. ¡Es como si alguien rechazara respirar sólo porque tiene problemas, rechazara vivir sólo porque la suegra grita mucho de mañana cuando quiere dormir!

CS: Entiendo.

CL: Y, tanto los ricos como los pobres pueden respirar como pueden dejar de respirar. La riqueza no mejora tu vida y la pobreza no la empeora, porque la vida está dentro de ti – no es aquello que posees. Puedes tener problemas en un lugar muy aireado y vivir sin problemas en un ambiente sin aire. Pero, esa Vida es Dios. La Vida Eterna dentro de ti, no depende del lugar donde estás o de los problemas que tienes. Las personas sólo dicen que Dios es bueno cuando Él les da alguna cosa. Pero, Dios es bueno siempre – hasta cuando les quita todo que tienen como quitó a Job. Dios no cambia.

CS: ¿Y como es la Vida Abundante?

CL: Imagina lo que Dios es y tendrás una percepción de esa vida abundante también.

CS: ¿Es mucha alegría y paz?

CL: Puede ser. Pero, vida es vida y paz es paz.

CS: ¡No me frustres! ¿Cómo es esa vida?

CL: Es una vida sin par. Es constante, no desciende de intensidad si nos mantenemos en ella, siendo puros. Es aquello que la Biblia llama Vida Eterna, es decir, Vida Constante.

CS: Pero, ¿la vida eterna no es sólo después de la muerte?

CL: Es sólo después de la muerte del pecado – no después de tu muerte física.

CS: ¿Cómo así? ¿Esa vida eterna es acá en la tierra?

CL: También es. Quién no la  tiene acá, no la tendrá después de la muerte también.

CS: ¿Yo no iré a vivir en el cielo entonces?

CL: Esa vida no es el cielo – es Jesús. Y vivimos esa vida acá y allá. Si el cielo fuera muy lindo y Jesús no viviera allí, no habría vida eterna allá. Y si Jesús estuviera en un lugar muy seco y árido, habría vida eterna en él.

CS: Pero, esto es difícil de entender.

CL: No es difícil de entender. En todo caso, ¿de qué te vale entender? Precisas  tener esa vida y no entenderla. ¡Necesitas encontrarla!

CS: ¿Y porque no puedo tener esa vida?

CL: ¡No iré a explicarte de nuevo! ¡Pareces ingenuo de tanto que resistes de limpiar tu corazón!

CS: Entonces, ¿nunca tendré esa vida?

CL: ¿Tú te limpiarás? Y después de que te limpies, la buscaras de todo tu corazón?  ¿Te rendirás a ella después de hallarla? ¿Entregaras todas tus armas o vas a quedarte con una de ellas para atrás?

CS: No sé.

CL: ¿Y como es que yo voy a saber si vas a tener esa vida si tú no sabes si te vas a hacer eso?

CS: Podías saber...

CL: Pero, ¡sólo tú puedes saber eso! ¡Haces preguntas tontas!

CS: ¿Estas perdiendo la paciencia conmigo?

CL: No. Sólo no sé responder a las preguntas tontas que haces. ¿Nunca leíste lo que la Biblia dice? “Venid a Mí...”; “Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros. Limpiad las manos, pecadores”? Santiago 4:8. ¡Si eres pecador, límpiate! ¿Porque razón quieres quedarse sólo siendo pecador? ¡Límpiate también!

CS: Tú me estás tratando mal. Sólo pedí para que me expliques.

CL: Nunca leíste lo que Felipe respondió a Natanael? Él dijo: “Ven y ve”, Juan 1:46. ¡Hace lo mismo, “ven y ve”!

CS: Siento cada vez más que no conseguiré esa vida.

CL: Yo siento que cada vez más la rechazas.

CS: Estoy quedándome desanimado.

CL: ¡Pareces una mula que sólo piensa aquello que quiere, de la forma que quiere, de aquellos que se clavaron en un lugar y no sale de allá por nada de este mundo – ni por Cristo! Se quedó amurrado allí, atascado en un pecado exquisito y fatal, en una terquedad.

CS: Pero yo quiero Cristo.

CL: Tú debes estar queriendo tu cristo.

CS: ¿Cómo así?

CL: Tú no quieres cambiar y arreglas un cristo particular, uno que se queda dando conversación para ti en tu terquedad – en tu nido de terquedad y de rechazo.

CS: ¿Y lo que puede acontecer conmigo?

CL: Quienquiera el cristo errado, no conocerá el correcto. ¿Existe algo peor que te pueda acontecer que eso? ¡No existe peor cosa en el Universo! Y sólo el correcto será real, sólo el real es la Vida Eterna.

CS: Pero, ¿Jesús nos da la vida abundante?

CL: Cristo es la Vida Abundante. Sólo Él.

CS: ¿Como?

CL: Él dijo: “Me buscareis y Me hallaréis, porque Me buscareis de todo vuestro corazón”, Jeremías 29:13. Él no dijo que buscarás esto o aquello, paz, felicidad, entre otras cosas, si Lo buscaras; pero, antes dijo que lo buscarás a Él. ¡Buscarlo a Él, lo encuentras a Él! ¿O querías encontrar otra cosa?

CS: Pero, como es Él?

CL: “Ven y ve”.

CS: Tú eres muy complicado, ¡no me contestas!

CL: Cuando Lo encuentres, hallarás la Vida Abundante, Vida Eterna, Vida Constante, Vida sin Fin. Yo no estoy complicado, pero tú eres. Es preciso un complicado para ver complicación en los otros.

CS: Pero, si dices que yo sólo encontraré a Cristo de mi cabeza, ¡yo me pongo confuso!

CL: Yo dije que, si tú rechazaras limpiarte no lo hallarás – ni buscando. ¡Pero, si por casualidad Lo hallaras estando sucio aún, no te gustara lo que te va a acontecer!

CS: ¿Cómo así?

CL: Allí ya no tendrás tiempo para quedarte indeciso. Cuando Lo hallares, o vives o mueres inmediatamente. Él será una piedra de tropiezo para quien no se limpia. Pero, para quien se asusta y teme, Él será un refinador, un purificador. “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida?¿O quien podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador y como jabón de lavadores. Y se sentara para afinar y limpiar la plata”, Malaquías 3:2,3. “Los pecadores de Sion (¡los creyentes!) se asombraron en Sion; espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de  nosotros habitara con las llamas eternas?” Isaías 33:14. Para quien no se quiere limpiar, eso será un trauma. ¿Te acuerdas que te conté de mi abuelo que no le gustaba tomar baño? ¡Cuando alguien le dio un baño, él casi se murió! ¡Si tú no te quisieras limpiar, morirás – no serás como mi abuelo que sobrevivió al baño!

CS: ¿Porque dices que no me limpiare antes que Él venga? ¡Me asustas!

CL: Yo asumo que será así sólo porque, aquello que somos ahora, seremos después. Cuando Él viniera, aún estarás rechazando hacer lo que debes, también estarás aplazando, pues, ahora tienes el hábito de aplazar y tu hábito irá contigo. Quien dice, “mañana” haré, cuando el día de mañana llega, también dirá “mañana” haré. ¡Va a quedarse aplazando porque es lo que sabe hacer, es su modo! Si cambiaras ahora tu actitud, estarías pronto para cuando Él llegara.

CS: ¿Y como es  conocer a Jesús así personalmente?

CL: ¡“Ven y ve”! ¿Qué te lo impide?

CS: Pero, ¿es importante conocerlo así de esa forma personal?

CL: Es la única manera de vivir que existe, la única forma de que existamos.

CS: Pero, yo existo y no Lo conozco de esa forma.

CL: ¿No ves que Dios está dándote un tiempo para que te arregles? ¡Por eso crees que existes!

CS: Entiendo. Pero, es necesario conocerlo así, ¿de ese modo abundante?

CL: Eso es que es la Vida Eterna. “Y la vida eterna es esta: que Te conozcan a Ti, como el único Dios verdadero y a Jesús Cristo, aquel que Tú enviaste”, Juan 17:3. ¿Si Él es abundante y que lo conozcas personalmente, como es que Lo conocerás sin ser de esa manera abundante? ¡Él es abundante! ¿Habrá otra forma de que lo conozcas? ¡Si no fuera abundante, no es el verdadero Cristo! Es otro, seguramente.

CS: Ahora me quedé muy desanimado. Si tengo que ver a Dios de esa forma para salvarme, entonces es mejor desistir inmediatamente.

CL: Pero, estás entendiendo mal. Tú no tienes que salvarte para ver a Dios. Tienes que tener a Dios para salvarte.

CS: No estoy viendo cual es la diferencia. Creo que no existe salida para mí.

CL: Todo bien. Así que comenzaras practicando, verías la salida claramente. Continúa rechazando. ¡Sabes que existe salida para tu vida en el momento que decidas limpiarte – inmediatamente a partir de ese momento!

CS: No sé si existe.

CL: ¡Eres muy obstinado e incrédulo! Pareces una mula atascada en la terquedad que le gusta. Y Dios dijo: “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno”, Salmos 32:9.

CS: Yo estoy decidido a nunca más verte. ¡No me entiendes! Quiero desaparecer. Yo creo que nunca más nos veremos a partir de hoy.

CL: Te entiendo muy bien. ¿Y que vas a hacer con tu vida después de que desaparezcas, después del suicidio? ¡Después del suicidio, todos quieren volver y no hallan salida del infierno! ¡No cometas suicidio espiritual!

CS: No sé lo que haré. Sólo sé que no continuaré así oyéndote y quedándome cada vez peor. ¡No quiero conversar más contigo! Me siento mal, angustiado. Sólo me siento condenado cerca de ti. ¡Hasta yo mismo me condeno cerca de ti! ¡Nunca me das treguas, te quedas acusándome todo el tiempo!

CL: ¿Estás tan cerca de la vida y vuelves para la muerte?

CS: No sé si eso es ir hacia la muerte. No sé si dejar de oírte será morir.

CL: Una cosa es que te sientas acusado, otra completamente diferente es yo estarte acusando. Pero, no podré dejar de hablarte la verdad sólo porque quieres oír algunas mentiras a tu respeto. Necesitas entenderme también, como yo te entiendo.

CS: ¡Pero tú no me entiendes!

CL: Está bien, entonces. Estas arreglando la manera de escapar del lazo de la verdad.

CS: Fue muy agradable conversar contigo. Me estoy despidiendo de ti.

CL: Todo bien.

CS: No me lo tomes a mal, pero no quiero que me busques más.

CL: Nunca te busqué. ¿Te acuerdas que tú me viniste a buscar?

CS: ¡La culpa de que yo te deje es tuya! ¿Porque insistes afirmando que no tengo oportunidades?

CL: Porque no tienes. O te arreglas con Dios o pasarás por el fuego.

CS: ¿Y aún me asustas?

CL: ¿Quieres que tu chantaje resulte? ¿Eso de que  te salvaría?

CS: Me voy aunque. Creo que nunca más nos veremos.

Y fue así que CS volvió la espalda a la Vida. ¿Será que la vida le volvió la espalda también? ¿Y usted? ¿Va a hacer el mismo? ¿Va a despreciar la vida porque es orgulloso, obstinado disfrazadamente? En mi experiencia, ya vi misioneros y pastores rechazando vivir, rechazando la Vida. Sin embargo, continuaron predicando – muchos aún continúan sus vidas misioneras y siguen enfrente sólo movidos por cuestiones de orgullo doctrinario, de fantasías sobre Dios y muchas otras cosas más que no tendremos espacio para mencionar aquí. ¿Sería tan fácil de otro modo, no es verdad? Había un pastor evangélico que vio la verdad de estos textos después de los 60 años de edad. Él salió del culto donde Dios le manifestó esta verdad. Llegando a la calle, levantó los brazos llorando alto y clamó en profunda agonía y tristeza: “¡Mi Dios, desperdicié toda mi vida! ¡Mi ministerio no valió de nada! De nada sirvió”. Y me acuerdo de aquellas palabras de los Salmos:

“Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada,  y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores, pues que a su amado dará Dios el sueño”, Sal 127:1,2.

Era grande la desesperación estampada en su rostro. Fue la escena más triste de ser presenciada. Las personas allí presentes nunca más olvidarán aquella escena. Estaba toda la gente en silencio, mirando. Nadie tenía algo para decirle, alguna palabra con que consolarlo. No tenían palabras siquiera. Vaya, amigo. No deje que lo mismo acontezca consigo. Aún es tiempo de actuar. Por favor, límpiese. Quien sabe, alguna otra vida dependa de su limpieza inmediata.

Ya que se va a limpiar, aproveche y haga una limpieza completa, decente y sin reservas. No ande con medias medidas, con decisiones indecisas. Haga bien aquello que tiene que hacer. ¿Porque haría algo mal hecho? Todos los avivamientos reales comenzaron siempre que los líderes se humillaron y confesaron sus pecados a Dios y públicamente. Todos los avivamientos reales terminaron así, cuando las personas dejaron de andar en la luz con sus pecados, otras obras y vidas. No sea la próxima victima del engaño – no antes y no después de limpiarse. Que Dios lo bendiga mucho.

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