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LA IGNORANCIA

 

CL: La ignorancia es lo opuesto del Nuevo Testamento. Cristo anula la ignorancia.

CS: ¡Ahora es que yo no entendí nada!

CL: ¿Que no entendiste?

CS: ¿Cómo es que el Nuevo Testamento es lo contrario de la ignorancia?

CL: La ignorancia, ahora, también es un pecado.

CS: ¿Cómo así? ¿Y como es que el Nuevo Testamento es lo opuesto de la ignorancia si es parte de la Biblia? ¡No entendí nada!

CL: ¿Sabes lo que es un Testamento?

CS: Sé. Es cuando alguien muere y deja una cosa escrita para quien se queda para atrás. ¿Estás huyendo a mi pregunta?

CL: Y Jesús murió, nosotros nos quedamos para atrás y el Nuevo Testamento está escrito.

CS: Sí, ¿pero porque razón es lo contrario de la ignorancia? ¿Y porque es un “Nuevo” Testamento? ¿Había otro?

CL: Sí, del mismo Padre, la misma ley. Sólo cambió el modo como funcionan – como se establecen. El objetivo de ellos es el mismo aún – sólo cambió la manera de ser concretizado. Es decir, el tesoro es el mismo, las maneras de heredar y recibir son las que cambiaron. Por eso volcó “Nuevo” Testamento. Jesús murió por nosotros y nos dejó una nueva manera de cumplir. En la verdad, es una manera de poder cumplir.

CS: ¿Qué es lo que cambió entonces?

CL: Todo y nada.

CS: ¿Cómo todo y nada?

CL: Ahora es posible cumplir y nadie más tiene disculpa para no cumplir. Todo cambió. Pero, la ley del amor y del mandamiento de amar aún es el mismo – nada cambió. Sólo cambió el modo de que cumplamos.

CS: ¿Cómo así?

CL: “Por que lo que era imposible para la ley (al Antiguo Testamento), por cuanto era débil por la carne, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu…”, Romanos 8:3-4. Es decir, que “viniéramos a cumplir” lo que la Ley de Dios exige. La ley de Dios ahora puede ser cumplida a través de nosotros. Jesús dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar sino para cumplir”, Mateo 5:17. Y, por este versículo deducimos que fue el pecado que fue condenado y no Cristo. Lemos: “…condenó al pecado…”

CS: Entonces, ¿ahora es posible que cumplamos?

CL: Sí, ahora es fácil cumplir.

CS: ¿Porqué?

CL: Porque, las leyes presionaban al hombre por el lado de afuera. El Espíritu Santo (Jesús) nos presiona por el lado de adentro aún después de transformarnos por la raíz. Todo se hace nuevo a partir del lado de adentro y la manera de que cumplamos cambió también.

CS: Parece simple de entender.

CL: Y es simple de entender. Pero, todo se hizo diferente. A partir de ahí, Jesús mismo nos enseña todo. ¡Acabó la ignorancia! ¡Terminó la disculpa!

CS: ¡Ah! Es simple de entender, pero, mi cabeza dio un nudo. Entiendo, pero, al mismo tiempo no entiendo. Parece que consigo probar una cosa que no estoy consiguiendo ingerir. El gusto es nuevo y no estoy consiguiendo engullir derecho. Tengo miedo de estar siendo engañado, de salir decepcionado una vez más.

CL: Sí. Eso es porque estas cosas se entienden haciendo y practicando con Dios. Existen dos formas de que nos equivoquemos en los caminos que Dios nos da: o no andamos en el camino cuando Él nos da (porque creemos que la responsabilidad es de Él y escondemos nuestros talentos); o queremos andar en el camino correcto sin Dios; si fuera de ese modo, querríamos andar, bajo nuestras condiciones. Pero, la vida con Dios es una vida y no una teoría. Y, sin que estés limpio, no lo conseguirás. Por eso no entiendes aquello que entiendes. Una de las consecuencias de una conciencia sucia es la ignorancia. “Porque viendo no ven y oyendo no oyen, ni entienden”, Mateo 13:13. Jesús dijo que entenderemos así que practicáramos juntamente con Él, es decir, a través de Él. “Pero, a vosotros es dado entender los misterios de Dios”, dijo Jesús. ¡Sólo encuentro muy interesante que cosas tan simples sean misterios para las personas!

CS: Entonces, ¿necesitamos conseguir practicar del modo de Dios para que entendamos?

CL: Sí, necesitamos practicar para que eso acontezca. En la verdad, necesitamos practicar del modo del Nuevo Testamento. Son dos cosas diferentes – no es sólo practicar. También tiene que ser “aquí en la tierra como es hecho en el cielo” – del mismo modo, dijo Jesús.

CS: ¿Cómo así?

CL: Jesús dijo: “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá…”, Juan 7:17. Si no la cumple, no va a saber ni aun estudiando mucho.

CS: ¿Porque razón todo es complicado para mí? A mí me gustaría mucho entender todo de esa manera que tú  lo entiendes. ¡Pero, siento que no consigo!

CL: No es complicado siquiera – tú eres el que rechazas que sea hecho del modo del cielo, del Nuevo Modo de Dios. ¿Ya notaste que estoy usando palabras simples, de aquellas que hasta un niño entiende? Si fuera complicado, es sólo porque rechazas entender y también porque no te limpias como debe ser. Y rechazas porque estas cosas se cumplen y tienes miedo que así sea – no quieres que sea así tan ineludible, pues preferirías que continuaran siendo cosas bonitas que oyes para dormir. Prefieres que nunca se cumplan. ¡Lo que Jesús quiere alcanzar dentro de ti, será realmente hecho y no podrás evitar que eso acontezca cuando te entregues sólo a Él! ¡Por eso no quieres entender –te da miedo que Jesús cumpla, que acontezca de verdad! En la verdad, tú entiendes aquello que no quieres entender, aquello que preferirías nunca entender. Te gustaría no estar entendiendo porque no quieres cambiar.

CS: ¿Cómo así?

CL: El pecador no es ignorante – ¡él se hace ignorante! Es preciso que seamos muy inteligentes para que vivamos una vida de pecado de la manera que los pecadores la viven. Todo el pecador es un profesional, un especialista, en su área. Pero, no conoce la verdad por el lado de adentro – la vida que lleva, no le permite mirar y ver la verdad dentro de él.

CS: ¿Y porque me hallo un ignorante en las cosas que me vienes hablando?

CL: Las personas lejos de Dios sólo son ignorantes en las cosas de Dios. “Sabios de este mundo”, pero ignorantes en una cosa sólo: en las cosas que los pueden salvar.

CS: ¿Y como es que debemos hacer para que seamos de ese modo, de vivir para que entendamos?

CL: ¡Haces siempre la misma pregunta!

CS: Ah, ¡ya sé lo que me vas a responder! ¡Tengo que ir a entregar todo lo que robé, pedir perdón a las personas contra quienes hablé, pedir perdón a Dios y todo lo demás!

CL: ¿Ves como sabes? ¡No eres tan ignorante así! Rechazas hacer, aplazas las cosas y estas cosas se hacen y se practican. Y tú vienes disculpándote que no entiendes, usas la disculpa para aplazar o para no hacer. Ellas son entendidas de ese modo, practicándolas y no estudiándolas.

CS: ¿Y tú no estudias la Biblia? ¿Sólo practicas, sólo “entiendes”?

CL: ¡La estudio mucho, claro! Pero, con intención de saber como, cuando y porque debo practicarla. No voy a leerla para continuar de igual manera y del mismo modo.

CS: Entiendo. Unos leen para aprender, otros para aprender a vivir.

CL: Sabes, los pecadores también tienen un modo antiguo, un viejo testamento de ellos.

CS: ¿Cómo así?

CL: ¡Ellos hasta leen La Biblia, pero su vida no cambia – sólo cambian los argumentos! ¡Se nota de lejos que es la misma zorra que aprendió a hablar de otro modo! Y, aunque existan muchas razones para que eso acontezca, lo normal es estar separado de Cristo por algún pecado.

CS: ¿Ahora soy zorra?

CL: ¡Tú si que sabes! ¡Jesús llamó Herodes de “zorra”! (Lucas.13:32)

CS: Pero, yo no creo que soy zorra.

CL: Sí, pero la zorra es llena de trampas, de esquemas y de ingeniería, siempre recogiendo un modo alternativo. Los pecadores hacen las cosas del modo de ellos y Dios quiere enseñarles a que hagan del modo de Dios. El acceso al modo de Él, es una limpieza completa. Aunque la limpieza sólo dé acceso, aunque no sea el camino, aun así es la puerta por donde todo comienza – allí todo comienza a tener sentido. La experiencia propia del modo de Él, será la obediencia después de eso. Y la obediencia será difícil después de la limpieza porque las personas se habituaron al hecho que las cosas de Dios no funcionaban con ellos. Pero, cuando no sale bien, tiene una razón por detrás de eso. No es normal que las cosas de Dios den errado.

CS: Entiendo.

CL: Sin embargo, los pecadores sólo entienden si no hicieran las cosas o si las hicieran modo de ellos y Dios quiere enseñarles a que las hagan del modo de Dios. Fue eso que Jesús mandó que los discípulos hicieran.

CS: ¿Lo que Jesús mandó hacer?

CL: Él mandó que los discípulos enseñen como hacer, que enseñen como conseguir, como guardar todo lo que Dios nos dejó en testamento. Él dijo así: “Id por todo el mundo, (...) haced discípulos de todas las naciones (...) enseñándoles a guardar todo que os mandé”, Mateo28:19,20.

CS: ¿Qué es lo que eso quiere decir?

CL: Que debemos ir sólo para enseñar a las personas (si nosotros mismos ya aprendemos) como es que se hace para que puedan conseguir practicar y guardar todo aquello que Jesús enseñó. No debemos ir sólo a enseñar las cosas, pero enseñar cómo hacer, es decir, “enseñándolas a guardar”. Ahora, si enseñáramos el modo como las cosas de Dios funcionan, si las personas se hicieran obedientes y responsables al modo como las cosas funcionan en el cielo, el yugo se hace leve y el fardo muy suave.

CS: Pero, ¿aprender cómo hacer no es lo mismo que hacer?

CL: Cuando no existen cosas entre nosotros y Dios, todo debe ser hecho normalmente porque nada impide de ser normales. Si las personas no fueran complicadas, todo funcionaría de esa manera simple y sería hacer como los niños harían cualquier cosa nueva que aprendieron. Los niños asimilan el modo, hacen lo que consiguen con mucha prontitud e imaginan el resto que les falta por aprender. Todo lo que aún les falta, complementan porque asimilaron, también, el modo de aprender y de hacer. Si no fuéramos como niños, somos como mulas obstinadas.

CS: Pero, yo a mi no me gusta ser infantil.

CL: Ser simple como niño, no es que seamos infantiles o bobos. Los niños no son complicados. Nadie te dijo para seas niño, pero sí que seas como ellos. ¡Es decir, siendo aquello que eres y pronto! Y, si no tuvieras nada separándote de Dios y que obtengas su plenitud de vida y aun así que consigas ser y vivir aquello que eres, será muy fácil que veamos el Nuevo Testamento en ti. “Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar”, 1 Corintios14:20.

CS: ¿Ver el Nuevo Testamento en mí? ¡Continúo sin entender!

CL: Dios dijo así: “He ahí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto (…) no conforme el pacto antiguo (…). Pero este es el pacto que haré (…) después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará mas ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Jehová; porque todos me conocerán, desde el mas pequeño de ellos hasta el mas grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos y  no me acordaré mas de su pecado”, Jeremías 31:31-34.

CS: ¿Y eso que quiere decir?

CL: ¿Pero no consigues ver? ¡Jesús enseñará hasta el más pequeñito! ¡Por eso es que el Nuevo Testamento es lo opuesto de la ignorancia!

CS: Creo que entendí ahora. Dios nos enseñará porque tenemos comunión con Él.

CL: Eso es el Nuevo Testamento. A los que se limpiaron y fueron llenos de Dios, Juan dice así: “Pero vosotros tenéis la unción del Santo y conocéis todas las cosas (…). Y cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis se queda en vosotros y no tenéis necesidad de que alguien os enseñe; pero, así como la unción misma os enseña todas las cosas y es verdadera y no es mentira, según  ella os ha enseñado, permaneced en él”, 1 Juan 2:27.

CS: ¿Y cuando los pastores nos enseñan?

CL: Pero, siempre que los pastores viven cerca de Dios, no invalida que Dios te enseñe personalmente cuando ellos te hablan también. Sólo que, aún cuando un pastor que vive cerca de Dios te explica, Dios, aun así, te enseña por el lado de adentro.

CS: Entiendo.

CS: A los ignorantes también les gusta enseñarle a los otros.

CL: Es verdad. Pero, los sabios hacen de todo para que todos aprendan, aprendan a que sean enseñados por Dios personalmente. ¡Pastor que no te lleva a Cristo, es un lobo, es un mercenario – aunque no sepa que es, aunque no lo admita!

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