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SOBRE LA MUERTE

 

CS: ¡Yo tengo miedo de la muerte! No sé lo que pasa allá del otro lado. Sé que hay “otro lado”, aunque no me guste reconocerlo.

CL: La peor muerte no es esa muerte que temes.

CS: Yo sólo conozco esa muerte. ¿Existe otra?

CL: ¡Existen otras! Porque no entras en contacto con Dios para que él te enseñe estas cosas? Él enseña este tipo de cosas hasta a quién se pierde. Basta que sólo le preguntes y que te aproximes a Él y, si después no quieres seguir el Camino que te fue revelado, el Camino te seguirá a ti y a tu conciencia. El mal de los que no creen es que se quedan siempre en la duda, ya sea porque no creen prefiriendo creer en cosas buenas (conforme dicen, porque en la verdad ellos no quieren creer en cosas buenas de verdad para continuar mintiéndose a ellos mismos); ya sea porque no creen que Dios puede enseñar tanto a pecadores como puede enseñar a santos. Dios enseña a cada uno aquello que él necesita saber en su momento. Por eso, si buscas ahora lo que necesitas saber ahora, hallarás. Pero si buscas lo que los otros tienen, nunca hallarás - a menos que sea lo que necesitas ahora. Pero, como estás a un paso de la muerte, puedes preguntar a  Dios que Él te responderá de un modo o de otro. Y también tienes la Biblia para ser dilucidado sobre cualquier asunto. Sin embargo, es una pena que las personas busquen a Dios siempre que tienen problemas teniendo como prioridad la resolución de esos mismos problemas o enfermedades y nunca aquello que es realmente prioritario.

CS: ¿Qué es lo prioritario?

CL: La salvación de tu alma, la limpieza de tu vida y la reconciliación de tu espíritu con El Espíritu de Dios.

CS: ¿Que es reconciliación? ¿Cómo así?

CL: Tu espíritu choca de frente con El Espíritu de Dios. Él contraría el Espíritu de Dios. Entonces, si estás en un estado de enemistad contra Dios, necesitas  reconciliarte con Dios, para que consigas fluir juntamente con Él y no ir en contra de él. Como vas contra Dios cuando estás en algún pecado, necesitas hacer lo opuesto. “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios”, Rom.8:7.

CS: Aún no entendí.

CL: La Biblia dice que, quien peca, se coloca en un estado de enemistad contra Dios. Necesitas alcanzar un corazón que entre en un estado de amistad con Jesús y que se reconcilie con lo de Dios. Esa enemistad es un tipo de muerte para con Dios. Es una de las muertes que existen.

CS: ¿Cómo así?

CL: Necesitas ganar un espíritu que se manifieste a favor de Dios, a favor de Él, que Él sea tu rey y Señor porque Él es rey. En este momento, el “rey” de tu vida, eres tú. Y, por eso, deseas que Jesús sirva a tus antojos. Puedes afirmar que Jesús es rey, pero sabes que es sólo tu boca hablando y que, quien manda en tu vida, eres tú. ¿Nunca oíste que las personas cantan “Jesús reina en mí” y después son ellos mismos quienes deciden sobre los detalles de sus vidas? Por eso es que yo dijo que, estando sucio, estás a un paso de la muerte.

CS: ¿Cómo es que estoy a un paso de la muerte? Estoy aquí lleno de miedo de morir y aún me dices que sólo me falta morir ¿Qué tipo de amor es ese que habla así conmigo? Y ¿qué otro tipo de muerte existe además de la muerte de mi cuerpo?

CL: Como te dije, puedes preguntar eso a Dios que te hará entender. Pero te voy a explicar lo que sé. Existen tres tipos de muerte. Pero, una es la que lleva a las otras. Y las personas sólo se preocupan con las muertes que son meras consecuencias.

CS: ¿Cómo es que una muerte lleva a las otras?

CL: Jesús dijo que quien permanece en Él nunca morirá. Entonces, existe una muerte que es cuando no permanecemos en Jesús. Esa muerte te lleva a las otras muertes.

CS: Y ¿será que estoy muerto con la muerte que me lleva a morir?

CL: Quien duda de su estado espiritual puede estar dudando sólo, o entonces está lejos de Dios de verdad. Nadie duda sin ton ni son como nadie que sea honesto cree sin ton ni son.

CS: Pero, yo acepté el Señor Jesús y siento que me estás acusando de nuevo.

CL: Ya no te responderé sobre esos síntomas y esas cuestiones de acusaciones. Pero voy a intentar responderte sobre las muertes que enfrentamos y que necesitamos vencer todas. Porque, si no venciéramos la muerte de espíritu, nunca venceremos la muerte física. Si una muerte lleva a la otra, sólo una victoria llevará a la otra y sólo un tipo de vida llevará a la otra también. Si no venciéramos el pecado ahora, nunca venceremos las consecuencias de ese pecado que nos hace más insensibles de conciencia porque estamos lejos de Dios. Es necesario que venzamos ya, es urgente, pues una muerte lleva a la otra y una vida llevará a la otra. Y no sabemos cuando es que la otra llegará.

CS: A mí me gustaría mucho vencer porque me da miedo morir.

CL: Pero quien desear vencer la muerte física, tendrá que gustar y de desear vencer la otra muerte también. No adelanta que no quisieras morir si no desearas abandonar cualquier tipo de pecado. Porque sino, seremos como aquel borracho que dice que quiere ir hacia el Cielo porque Jesús habló que allá los fieles beberán del fruto de la vid. Él no quiere dejar de beber, sólo quiere dejar de tener miedo de morir e ir hacia otro mundo beber. Pura ilusión será la de él. Y, en este mundo, vemos las personas comentando sobre su bebida y sobre lo que beben. En el mundo de Dios aquí en la tierra, oímos comentarios sobre su sed y beben otra cosa. Los borrachos se glorían de lo que beben cuando beben y los hijos de Dios se glorían de su sed cuando beben, porque su sed es muy buena y es del género que puede venir a salvarlos de sus pecados. Su sed es del tipo que se loa. Haya sed.

CS: Y ¿qué tiene a ver la sed con la muerte o con la vida?

CL: La sed de Dios (Dios de forma real) está para la vida como un nacimiento está para un río. La falta de sed está para la muerte como una llama está para un incendio. Pero, en el caso de aquellos que vivirán para siempre y que mientras estuvieran aquí en la tierra, será una cuestión de muchos ríos de agua viva y no sólo de un riachuelo. Y quien bebe de esa agua habla de su sed. Y quien bebe del agua falsa, habla de aquello que halla ser agua; tendrá siempre sed sin darse cuenta que tiene sed. Es de esa la muerte que hablo, de aquella que ni siente la sed que tiene o que debería tener y obtener de Dios.

CS: Y ¿qué es  lo que impide esa sed de Dios, y lo que la mata?

CL: En el mundo, la sed de ellos es saciada con lo que embriaga el alma y con aquello que mata esa sed de Dios. Es un tipo de muerte. Ellos son engañados y anestesiados a través de lo que beben. En el mundo del pecado, la sed de Dios es muerta. Ellos matan la sed de Dios a través de sus pecados. Pero, en el mundo de Dios, la sed se intensifica y no es muerta, pero viviremos como si nunca tuviéramos falta de bebida teniendo sed. Esa sed sólo revela que aún estamos por llegar al cielo y que nuestra jornada necesita ser concluida con éxito y del modo correcto, a través del Camino que Cristo es.

CS: Pero, me habla de la muerte entonces. ¿Porque es tan misteriosa y porque razón las personas mistifican lo que es o será real?

CL: El miedo lleva a la persona a inventar un camino de ocupación (o muchos caminos de distracción) para que no tengan que encarar las realidades que Dios quiere que encaremos diariamente y que miremos de frente. La Biblia hasta dice que es bueno que vayamos a un funeral y que es mejor ir a ver la muerte de cerca que ir a una fiesta. Y el misterio de la muerte, aquello que las personas usan para  hacerla misteriosa para ellos, es el miedo haciendo bromitas, engañando quién debería hacer de todo para caerse en lo real porque no tenemos funerales todos los días y si tuviéramos luego nuestros corazones nos engañarían (y ellos son engañados porque su especialidad es lo que desean y es el engaño); los corazones se habituarían a mirar hacia la muerte sin que se sientan avisados de la manera que deberían. Un funeral no debería ser lugar de lágrimas, pero sí de  un alerta serio.

CS: Pero, ¡la muerte amedrenta a cualquiera! Y ¿porque debemos estar siempre pensando en la muerte? De ese modo no haremos más nada, sólo de pensar que vamos a morir.

CL: Depende si esa muerte es un Monstruo que te come por la noche, o si ella significa tu entrada en el paraíso.

CS: Pero, ¿cómo puedo saber si voy hacia el cielo mismo? Es que, así, podría perder los miedos de morir. Como dijiste que existen varias muertes, también creo que tengo varios miedos.

CL: Es por esa razón que tenemos que tener la certeza y que nunca nos ilusionemos acerca de cosas tan serias como estas. La Biblia habla que la fe es la certeza de las cosas que no se ven y quienes nunca investigan con seriedad para tener certezas absolutas sobre las cosas, le gusta ser engañado y prefiere el engaño por encima de la realidad de las cosas. Muchos dicen que fe es sólo la aceptación de las cosas que no se ven. Sin embargo, si estuviéramos muertos para Jesús, estaremos muertos para esas certezas y, consecuentemente, estaremos imaginando que no existe vida después de la muerte cuando afirmamos que existe; o entonces que estamos yendo hacia allá cuando nuestros pasos se encaminan hacia el camino de la carne y del mundo y nos manifiestan claramente que estamos andando en sentido contrario.

CS: ¿Cómo así, andando en sentido contrario? ¡No entendí nada! Sólo estoy quedándome con miedo y más miedo, sin entenderte. ¿Estoy andando en sentido contrario?

CL: Sería cómo alguien dando pasos para atrás mirando hacia frente, hallando aunque está andando para donde mira cuando, en la realidad, se está alejando. Sólo que tiene noción de que el cielo está cada vez más lejos de sí y cree en el opuesto. Porque quién se habitúa a mentir para él mismo, no tiene otros recursos sino creer que va hacia el cielo, pues el miedo que tiene de la muerte hace  que mienta para sí mismo. ¡Por esa razón es que el infierno irá a sorprender a mucha gente de pronto!

CS: ¿Infierno?

CL: Sí, el infierno. Esa es la tercera muerte. En la Biblia leemos que la muerte será lanzada en el lago de fuego, es decir, que los muertos que están muertos para Jesús aún serán condenados aunque estén muertos para siempre porque están muertos para Jesús mientras viven.

CS: ¿Cómo así, que están muertos para siempre? Sin que nunca mueran, ¿es así?

CL: Esta tercera muerte será una forma de muerte eterna. En la verdad, las personas estarán siempre muriendo sin morir, como allá en el cielo estarán siempre viviendo. El infierno será ojo por ojo y diente por diente de aquello que no quisieron, pues aquello que rechazaron será la exacta medida de lo que reciben y viceversa. Y si es verdad que existe vida que nunca tiene fin, habrá muerte donde se estará siempre a morir y donde la miseria y el sufrimiento serán en medida exacta de la felicidad y de la alegría que siempre rechazaron en vida, es decir, mientras estaban muertos para Dios y se rechazaban vivir de verdad y de la verdad - y no importa si creían que vivían o que Dios existía. El hecho de que ellos hayan creído que Dios existe será más una cosa contra ellos, porque ni así se arreglaron y ni así se prepararon para vivir con Dios.

CS: A mi no me gusta conversar contigo a causa de eso, pues deberías animarme y no amedrentarme más de lo que ya estoy. Nadie puede venir a hablar contigo sin perder la poca fe que aún tiene. Yo vengo a la busca de consuelo y de amistad y tú me dejas pensar en la miseria que no quiero.

CL: Pero, si tu fe es falsa y la pierdes, ganas con eso y no pierdes nada. Porque, si perdieras la fe falsa, puedes venir a tener la fe que da certezas sin que sea necesario el propio convencimiento propio. En esa fe verdadera, estaremos vivos para Dios, para el cielo y la muerte física no nos amedrenta porque será un escape deseado y nunca un temor. Pero, de igual manera que existe muerte y vida (porque una persona no puede estar muerta para todo al mismo tiempo, pues si está muerta para Dios estará viva para pecar), de ese mismo modo estaremos muertos para el pecado que si vivimos para Dios. Todo tipo de muerte tiene el reverso de su medalla en forma de vida, es decir, existe un tipo de vida asociada a la su forma de muerte. Muertos para Dios, estaremos vivos para el pecado y si vivos para Dios, estaremos muertos para todo el tipo de pecado. Sólo que, esta muerte y esta vida necesitan ser reales y no meras creencias religiosas. Nadie tendrá como impedir que eso sea así, que un tipo de vida esté asociada a un tipo de muerte consecuente. De igual manera, si estuviéramos muertos para el cielo, estaremos vivos para el infierno aunque estando por allá siempre a morir. Cada forma de muerte tiene su compañera de vida y viceversa. Si morimos para el pecado a través de Cristo, viviremos con Cristo.

CS: Creo que esta vez entendí. No siempre te entiendo y no siempre me gusta entenderte. Tal vez sea por eso que no te entiendo, porque nunca hablas conforme aquello que me gustaría oír de ti. Y tampoco entiendo como puedes afirmar que vives limpiándote delante de Dios si somos todos pecadores aún.

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